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Me agradaría dejar aquí algunas notas en mi calidad de LECTOR entusiasta de un nuevo libro de cuentos. Y digo como lector porque considero que es la faceta más apreciada por mí en el campo de la literatura, como ya se encargó de recordarnos el insigne escritor e incansable lector Jorge Luis Borges: ‘Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído’, que suscribo plenamente.
Acabo de recibir ‘Mucha suerte’, el primer libro de relatos publicado de Antonio Báez, de profesión NARRADOR, malagueño, que acaba de ver la luz pública de la mano de Editorial Narradores, S.L., joven editorial que nace por iniciativa de un grupo de jóvenes vascos amantes de su profesión (periodistas, diseñadores gráficos, fotógrafos,…), cuyo entusiasmo por la literatura es digno de elogio.
Este libro de relatos está muy bien diseñado, tiene una buena presentación y se mete sin duda por los ojos.
Son trece relatos cortos, trece cuentos, cuya trama abarca temas de la vida cotidiana (personajes que hacen autostop, alguien que recuerda el pelo largo de sus años mozos, otro que asiste a su propio funeral, un profesional mediático que recuerda su labia de su etapa de locutor radiofónico, etc.), que están narrados con una agudeza sin par, con buenas dosis de fino humor e ironía. En algunos (Helena, por ejemplo) se entremezclan escenas fantásticas, esperpénticas, absurdas y contradictorias formando un cóctel divertido y sugerente.
Nos tropezamos con un narrador de vocación retardada, germinada tras muchos años previos de lecturas salteadas de toda clase, con una vida de profesor de instituto como licenciado en Filología Clásica, circunstancias que le han ayudado sin duda para disfrutar de un buen manejo del lenguaje.
Me confieso un devoto admirador de Antonio Báez y celebraría grandemente que otros relatos que no aparecen en este libro, como: Las señoritas, La Mudanza, Pornografía, Gasolina, Papiroflexia, Marcianos, Lecciones de golf, Bizcos, Guantes, Casa,…, llegasen en breve a formar la segunda parte de ‘Mucha suerte’, que se hallan al mismo nivel narrativo que los de este libro ahora impreso.
La estupenda calidad de estos relatos y la experiencia como narrador acumulada tras más de dos años escribiendo relatos han llevado al Sr. Báez a ensayar otros estilos y puntos de vista y así han nacido hermosas narraciones íntimas, agrupadas bajo los nombres genéricos de: 62 maneras de apoyar la cabeza, Animalario, Crónicas, Diario, El libro de los peligros, El mundo del motor, Exxxperiencias, Las viudas, Los invisibles, etc., etc., a las que vaticino su aparición en un tercer volumen de relatos. Sin duda su paso por TusRelatos.com, Narrador.es y su blog personal ha sido enriquecedor para el narrador y para nosotros los lectores.
Algunos de estos últimos mencionados -comme moi- ha querido aprender del Sr. Báez, pero esa es tarea ardua porque es difícil parecérsele en la parcela narrativa.
¡Mucha suerte con su libro, Sr. Báez! ¡Que la suerte le sea propicia en el mundo de las letras!
¡No deje de escribir nunca, por favor!
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samedi 31 mai 2008
+ JUGAR CON NUESTRO IDIOMA...
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(Me dicen que ha sido tomado del homenaje al III Congreso de la Lengua Española).
Señores:
Un servidor
Pedro Pérez Paticola,
cual la Academia Española
"Limpia, Fija y da Esplendor".
Y no por ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.
¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre buque y un buqué?
¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio y presidió,
ni de tomas a Tomás
ni de topo al que topó.
Mas dejemos el acento,
que convierte, como ves,
las ingles en un inglés,
y pasemos a otro cuento.
¿A ustedes no les asombra
que diciendo rico y rica,
majo y maja, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?
Por eso no encuentro mal
si alguno me dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.
¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre, que trajes corta,
no lo llamamos trajero?
¿Por qué las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fuesen salidas
de las tripas de un melón?
¿A vuestro oído no admira,
lo mismo que yo lo admiro,
que quien descerraja un tiro,
dispara, pero no tira?
Este verbo y otros mil
en nuestro idioma son barro;
tira, el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.
De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en vez de sacar corteza.
De igual manera me quejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo,
y si no lo tomo, un dejo.
Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se lo llamará ladrón.
Porque la sílaba "on”
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se lo llame Ramón.
Y por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.
Y sobra para quedar
convencido el más profano,
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar...
(Pablo Parellada, España, 1855-1944, escritor, humorista y comediógrafo).
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(Me dicen que ha sido tomado del homenaje al III Congreso de la Lengua Española).
Señores:
Un servidor
Pedro Pérez Paticola,
cual la Academia Española
"Limpia, Fija y da Esplendor".
Y no por ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que arreglar.
¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre buque y un buqué?
¿Por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio y presidió,
ni de tomas a Tomás
ni de topo al que topó.
Mas dejemos el acento,
que convierte, como ves,
las ingles en un inglés,
y pasemos a otro cuento.
¿A ustedes no les asombra
que diciendo rico y rica,
majo y maja, chico y chica,
no digamos hombre y hombra?
Por eso no encuentro mal
si alguno me dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.
¿Por qué llamamos tortero
al que elabora una torta
y al sastre, que trajes corta,
no lo llamamos trajero?
¿Por qué las Josefas son
por Pepitas conocidas,
como si fuesen salidas
de las tripas de un melón?
¿A vuestro oído no admira,
lo mismo que yo lo admiro,
que quien descerraja un tiro,
dispara, pero no tira?
Este verbo y otros mil
en nuestro idioma son barro;
tira, el que tira de un carro,
no el que dispara un fusil.
De largo sacan largueza
en lugar de larguedad,
y de corto, cortedad
en vez de sacar corteza.
De igual manera me quejo
de ver que un libro es un tomo;
será tomo, si lo tomo,
y si no lo tomo, un dejo.
Si se le llama mirón
al que está mirando mucho,
cuando mucho ladre un chucho
se lo llamará ladrón.
Porque la sílaba "on”
indica aumento, y extraño
que a un ramo de gran tamaño
no se lo llame Ramón.
Y por la misma razón,
si los que estáis escuchando
un gran rato estáis pasando,
estáis pasando un ratón.
Y sobra para quedar
convencido el más profano,
que el idioma castellano
tiene mucho que arreglar...
(Pablo Parellada, España, 1855-1944, escritor, humorista y comediógrafo).
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mardi 27 mai 2008
+ AGUANTANDO
Novela de José Mª. Senciales, Editorial Abecedario, Badajoz, 2008, 349 páginas.
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He gozado, lo sé, de un privilegio raro en el mundo de las letras: asistir a la gestación casi paso a paso, y después al nacimiento, de la primera obra, de la opera prima, de un joven escritor. Y digo un privilegio porque esta situación te permite vivir bien de cerca los anhelos, las inquietudes, las preocupaciones, las satisfacciones,…, de alguien que siente pasión por la literatura, por la narración en voz activa, ejercida en su tiempo libre, fuera de su actividad profesional, que estoy convencido es el vivo y repetitivo retrato de todo aquel que vio cómo salía a la luz la primera de sus obras.
Créanme, merece la pena este feliz espectáculo prolongado en el tiempo, culminado finalmente con la aparición de Aguantando, primera novela publicada de José María Senciales.
José María es Profesor Titular de Geografía en la Universidad de Málaga y está especializado en Geografía Física.
Nos dice el autor en la solapa de la obra que el núcleo de la obra es una acción dramática plagada de notas de humor que pretende remover conciencias y despertar en el lector la autocrítica mediante la pregunta, ¿Aguantamos o resistimos?
Vivir momentos de una naturaleza trastornada durante el proceso de creación de un pueblo imaginario, nos permite asistir a episodios diversos de acoso moral y miedos personales, a un caciquismo enquistado en el siglo XXI (y que sigue perdurando en diferentes modalidades en algunos pueblos andaluces), a un buen despliegue de fenómenos naturales que se explican al lector convenientemente reconociendo en ellos la faceta científica del escritor, combinado todo con entrañables notas de humor e ironía que abarcan nombres de partidos políticos, accidentes y lugares geográficos, comercios pueblerinos, nombres de personas (con sentido encubierto), etc.
En algunos pasajes de la novela, salvando las lógicas diferencias de tiempo y espacio, el pueblo de Torres del Ocaso me ha traído recuerdos ligados a la naturaleza de otro que se ha hecho popular a través de los años en la literatura universal: Macondo.
El título de la obra —AGUANTANDO— (‘aguantar’ según la RAE: soportar a alguien o a algo molesto o desagradable) deja a propósito una nota con carga negativa. Pero el autor se pregunta, y le pregunta al lector, si en la vida en definitiva, ¿no RESISTIMOS?, término con un matiz más positivo, que la Real Academia admite también al definir ‘aguantar’.
Debo confesar que Aguantando me ha parecido una buena novela y me ha gustado. Espero que la segunda novela de este joven autor sea publicada pronto. Me consta que trabaja en otras. ¡Suerte!
Mis felicitaciones al autor y a la Editorial. A ésta por apostar por un joven autor español, a los que he dedicado espacios en muchas de MIS LECTURAS.
La novela ha sido publicada por Editorial Abecedario, Badajoz.
La reseña de esta novela aparecerá también en aquí.
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