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Pretendo dejar aquí algunas anécdotas sueltas conocidas a través de mis diferentes lecturas conforme me vaya acordando de ellas.
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En un libro de literatura infantil y juvenil titulado Kafka y la muñeca viajera, escrito por Jordi Sierra i Fabra, se relata un hecho real protagonizado por Kafka un año antes de morir. El escritor halló en un paseo por un parque ―en compañía de su compañera sentimental Dora― una desconsolada niña y al preguntarle por el motivo de sus lágrimas, la niña le contestó que eran a causa de que había perdido su muñeca.
Ronald Hayman en Kafka: biografía narra la historia así: Un día vio en la calle a una niña que lloraba porque había perdido su muñeca. Franz le explicó que la muñeca, con quien él acababa de encontrarse, había tenido que ausentarse, pero que había prometido escribir a la niña. Durante las semanas que siguieron le envió cartas en las que la muñeca describía sus aventuras de viaje.
Durante catorce semanas estuvo Kafka inventando y escribiendo aventuras de la muñeca, hasta que la casó e hizo que se despidiera para siempre de la niña, que de modo tan ejemplar encontró, por medio de la literatura, consuelo por la pérdida de su muñeca.
Esta anécdota contada de forma conmovedora puede leerse asimismo en Brooklyn Follies, de Paul Auster, en su capítulo 'Rumbo al Norte'.
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1 commentaire:
qué preciosidad!! muchísimas gracias!!
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