mercredi 26 septembre 2007

+ MIS LECTURAS - 11

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ACABO DE LEER:

Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967). Prólogo de Juan Bonilla.

¿Qué es el postmodernismo? Una definición bien simple derivada del mismo vocablo sería ‘lo que viene tras el modernismo’. El modernismo o movimiento modernista pasó. Fue con el que se conoció a la literatura escrita en castellano entre 1880-1910, principalmente la poesía. Si se hubiese dado en nuestros días posiblemente estaríamos hablando de ‘boom literario’. No me gustan los ‘post’ o los ‘after’ con que he leído se refieren los críticos al caso de Fernández Mallo.

Pretendo resaltar que en literatura de modo especial hemos sido muy propensos a hablar de booms o generaciones. En los últimos años hemos tratado, por ejemplo, de una generación, entre otras, —la de los 80— que nos trajo libros como Historias del Kronen, de José Angel Mañas, cuya aparición vino acompañada de una gran parafernalia mediática producida por la SORPRESA inesperada que produjo en la crítica aquel fenómeno literario.

Me temo que algo similar ha ocurrido ahora con Nocilla Dream y su gran acompañamiento mediático, que nos presenta a la generación ‘Nocilla’ o ‘Afterpops’ y a su principal exponente, al parecer Nocilla Dream, con calificativos tales como nueva literatura, de escritura fragmentaria, de lenguaje más técnico y científico, de despreocupación por los personajes, de interés por la sociología, de mezcla de poesía, novela y ensayo de modo natural, de actitud más abierta y transgresora.

Un libro que viene rodeado de estas alabanzas a coro por casi la práctica unanimidad de críticos conocidos, personalmente me hace estar algo a la defensiva y tratar de analizar la novela de modo más atento y desde un punto de vista lo más racional posible. A mi modo de ver, en literatura está todo inventado, sobre todo en narrativa.

Veamos algunos aspectos de la novela.

Escritura fragmentaria. Se da efectivamente pero esto no es nada novedoso en literatura, es un rasgo estilístico ya utilizado en el pasado por influencia de la literatura norteamericana y se ha dado en alguna europea e hispanoamericana. Se me ocurren a bote pronto: Crónicas de motel, del estadounidense Sam Shepard, fragmentos o flashes cortos de recuerdos personales, autobiográficos, que te dejan la sensación de ir transitando carreteras a bordo de un coche, asistiendo a episodios trágicos, divertidos, de poemas en alguno, en los que aparece una buena dosis de ternura, y La vida, instrucciones de uso, del francés Georges Perec, que es todo un complejo edificio de relatos trabados. Por no hablar de Rayuela, de Cortázar. Por aquí, pues, un estilo ya explorado anteriormente.

¿Y la prosa? Pues la prosa es una prosa corriente, sencilla, circunstancia que encuentro extraña viniendo de un poeta con varios poemarios firmados.

No existe un único hilo conductor de la historia, que no forma una unidad sino fragmentos independientes, ya se ha dicho. A menos que se quiera fijar como hilo conductor de la historia el árbol impertérrito y solitario existente en mitad del desierto de Nevada, que se contempla desde la carretera US50 que une las localidades de Carson City y Ely, de donde cuelgan decenas de zapatos y zapatillas usadas, abandonadas por los propietarios originales a que se refieren algunos fragmentos del libro.

Una sensación muy común en la lectura del libro será para algunos la velocidad con que se circula por la novela, con la impresión de no saber exactamente adónde vas. Es posible que haya lectores que sean capaces de ver belleza y momentos especialmente sublimes que suelen pasar por lo general desapercibidos.

Hablarnos de la no resolución definitiva a la fecha de problemas de un ordenador (no reconocer rostros o no poder leer textos escritos a mano, que el hombre realiza fácilmente); de la deficiencia de las interconexiones en la red de transmisión de datos de alta velocidad; de la encriptación de transmisiones por Internet para que no sean leídas por extraños; facilitarnos trece constantes físicas de interés, con su formulación matemática; etc.; resulta muy interesante de conocer, pero a muchos lectores quizás les sepa a demasiada fritura de literatura y ciencia juntas. Y conste que me considero modestamente un lector con cierto nivel formativo en algunos de los campos mencionados.

Si se me preguntase, así de sopetón, ¿recomendarías la lectura de este libro a todos tus amigos?, mi respuesta sería quizás, no, a todos no, a algunos solamente.

Cuando empiezas con la lectura, el libro te sorprende —y esto creo que es lo que le ha ocurrido, por diversas razones que no entramos a analizar aquí, a la crítica especializada a la que me refería al principio, que se ha encontrado con un fenómeno INESPERADO. Sí adviertes de inmediato que no se trata de una novela muy común, eso sí. Es un buen libro, sin duda, eso no se puede negar, pero habrá que esperar a leer los dos que faltan que compondrán la trilogía anunciada del ‘Nocilla Proyect’ para poder valorar con más conocimiento de causa a este escritor, que hace con esta obra su primera incursión en la novelística.


HE EMPEZADO A LEER:

Nos espera la noche, de Espido Freire (Bilbao, 1974) y
La ofensa, de Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971).

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7 commentaires:

Anonyme a dit…

Como decíamos ayer... Gracias por los enlaces que me mandaste: me han parecido muy interesantes. te decía que casi lo que más me gustó de "Nocilla dream" es que hay capítulos que son poemas en prosa, que están mucho más cerca de la poesía que de la narrativa. No era más que eso...
Un abrazo.

Antonio Senciales a dit…

Sabemos que un haiku es una composición poética japonesa influenciada por la filosofía y la estética del zen.

Puedo comprender que el autor que nos ocupa tenga por haiku favorito E = mc2, dada su profesión de físico —muchos no lo somos—, que conocemos como ‘la teoría de la relatividad de Einstein’. También que enmarque hechos como éstos y otros de que nos habla en lo que denomina “poesía postpoética”, pero supongo que entenderá que alternativamente otros entendamos más como poesía cuestiones menos sofisticadas, como el amor, por ejemplo:

—¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul.
—¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía…eres tú.
(‘Rimas’, G.A. Bécquer).

Para mi es poesía también, entre otras muchas cosas, la rotunda declaración de amor de Hans Castorp a Clawdia, en ‘La montaña mágica’, de Thomas Mann.

Si fuese físico, médico, biólogo,…, quizás entendería la “poesía postpoética”. Haremos un esfuerzo para entenderla. No soy enemigo tampoco de estas teorías que se autodenominan ’vanguardistas’. Veamos el porvenir que tienen… El futuro nos lo dirá.

Saludos, Leo.

S. K. Caplan a dit…

Anda usted pero que muy despistado. El post-modernismo no se define por oposición al modernismo (movimiento literario) sino a la Modernidad (periodo histórico y artístico). El malentendido hace ya incomprensible el resto del post.

Antonio Senciales a dit…

Tengo entendido que postmodernismo y postmodernidad son términos equivalentes, ¿o no?

Si no es así, ilústreme por favor, aunque no sé de qué me va a servir. Creo que hasta los expertos en la materia no se ponen de acuerdo en las etiquetas con que denominan a los diferentes movimientos literarios, filosóficos, culturales, etc.
Y, en definitiva, lo que he hecho no ha sido más que dar mi opinión como LECTOR sobre lo que me ha parecido la novela.

Saludos.

S. K. Caplan a dit…

naturalmente, es una opinión, pero una opinión desenfocada por mal informada. Si le interesa el tema, lea La condición postmoderna, de Lyotard, y verá por dónde van los tiros. Confundir la modernidad con el modernismo (corriente literaria), desacredita el resto del juicio, porque dirige usted su crítica a otro objeto distinto.

Antonio Senciales a dit…

Modernidad es un concepto filosófico y sociológico que puede definirse como el proyecto de imponer la razón como norma trascendental a la sociedad.

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Modernismo es el término con el que se designa a una corriente de renovación artística desarrollada a finales del siglo XIX y principios del XX.

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Algunas concreciones acerca de:

El modernismo es un segmento dentro de la modernidad.

Modernidad y modernismo son dos conceptos con lazos indisolubles.

El Modernismo ha generado la modernidad literaria.

(http://magazinemodernista.com/?p=613)

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Esperemos que autores como Berman, Anderson, Zubiría, Corredor, etc., se pongan de acuerdo algún día sobre la terminología que nos ocupa.

Saludos y gracias por su post.

Añadiré que estas discusiones bizantinas no llevan a ninguna parte. ¿Se trata de ponerse de acuerdo sobre definiciones de conceptos?

Y ahora le diré que sigo teniendo la misma opinión sobre la novela que he leído, no inaugura o estrena nada nuevo.

A. Senciales.

Antonio Senciales a dit…

He recibido una segunda comunicación por e-mail con su comentario anterior.

Un razonamiento estupendo el suyo, pero, ¿me podría decir que le parece la novela, si es que la ha leído? A esto sí he contestado en mi crítica y creo que con argumentos literarios personales y aportando datos.

Le agradezco su interés y sus recomendaciones sobre libros, pero no estoy interesado en temas filosóficos o sociológicos. Sólo en los aspectos literarios de la narrativa.

Doy por mi parte el tema por cerrado.

Saludos.