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No sé si considerarme —tras meses de tránsito por distintas webs literarias en la red— un visitante veterano o es preciso hacer más méritos para ser reconocido como tal.
Una triste observación realizada durante mis visitas a estas páginas literarias es que los asistentes tratan, escriben o hablan de manera casi exclusiva de narrativa —relatos y cuentos— y en contadas ocasiones de poesía y en alguna me he encontrado incluso con un aviso que reza: Absténganse poetas, para más inri. Pero nunca me he topado con referencias a autores dramáticos, escritores de obras teatrales, que también son escritores. Tengo la sensación —siempre la he tenido— que la afición al teatro en España es muy escasa. Pues el teatro existe también, sí, y las obras teatrales se enmarcan dentro de lo que conocemos por Literatura, con mayúsculas.
Me aficioné al teatro muy joven, asistiendo por vez primera en una ciudad sureña a una obra teatral que me dejó buen sabor de boca. La obra: Té y simpatía. El autor: Robert Anderson, estadounidense.
Escribir un artículo sobre teatro para una web literaria se me hace difícil por el espacio de que se dispone, pero lo intentaremos.
Si pretendiese escribir un tratado por muy somero que fuese sobre la historia del teatro, debería comenzar sin duda citando a Esquilo, Sófocles y Eurípides, considerados padres del arte escénico. Nos limitaremos a mencionar los autores que han dejado una impronta en la literatura destinada al teatro y algunas de sus obras más representativas.
Uno de los más grandes autores de todos los tiempos ha sido William Shakespeare, inglés, conocido de todos, con obras representadas cientos de veces y algunas llevadas al cine. Entre las mejores y más representadas podemos citar: Hamlet, El rey Lear, Otelo, Romeo y Julieta, Macbeth, Julio César, etc.
De los autores de nuestro Siglo de Oro podemos destacar a: Lope de Vega, con El mejor alcalde, el rey y Fuenteovejuna, entre muchas otras. Calderón de la Barca: El alcalde de Zalamea, La vida es sueño,… Tirso de Molina: El burlador de Sevilla, entre otras, fue el creador del Don Juan.
En España, la renovación teatral vino de la mano de Jacinto Benavente (La noche del sábado, Los intereses creados, …), de Valle Inclán (Luces de bohemia,…) y García Lorca (Yerma, La casa de Bernarda Alba,…). Podrían citarse más: Buero Vallejo, Gregorio Martínez Soria, Alejandro Casona, Carlos Arniches, los hermanos Álvarez Quintero,…, pero el artículo se haría interminable.
En la escena francesa, debemos destacar a Corneille, con El Cid, basada en Las mocedades del Cid, de Guillén de Castro, además de otras. Racine: Andrómaca, Fedra,… Moliére, uno de los grandes comediógrafos de la literatura occidental, con obras como El Tartufo, El avaro, El enfermo imaginario, El misántropo,…
Y ya entre los contemporáneos franceses es obligado citar a Jean Anouilh, con Antígona, La alondra, Becket o el honor de Dios,… y a Jean-Paul Sartre, Premio Nobel, con El muro, Las moscas, Las putas respetuosas,…
Entre los anglosajones destacaremos a los dramaturgos siguientes: George Bernard Shaw, irlandés, Premio Nobel de Literatura, con Cándida, Pigmalión, Androcles y el león,…; John Galsworthy, inglés, Premio Nobel de Literatura, con La caja de plata y otras; T. S. Elliot, anglo-estadounidense, más conocido como poeta que como autor teatral, podemos destacar entre sus dramas El cóctel y Asesinato en la catedral; John B. Priestley, inglés, del que resaltaremos La herida del tiempo y Ha llegado un inspector.
En el panorama teatral alemán no podemos dejar de citar a Goethe, con una cultura enciclopédica, con obras como Egmont, Fausto, Ifigenia en Tauris ,… Schiller: Los bandidos,…
Más reciente es el importante dramaturgo alemán Bertolt Bretch (La ópera de cuatro cuartos, la vida de Galilei,…).
En Noruega, Ibsen, Premio Nobel, con Casa de muñecas, entre otras.
En Rusia, Chejov, con La gaviota, Tío Vania, El jardín de los cerezos,…
En Italia no podemos dejar de mencionar a Luigi Pirandello, con obras como Seis personajes en busca de autor, El difunto Matías Pascal, Así es si así os parece,…
Ya en nuestros días podemos reseñar a los siguientes autores teatrales hispanos:
Florencio Sánchez, Uruguay.
René Márquez, Puerto Rico.
Ricardo Usigli y Emilio Carballido, México.
Luis Alberto Heiremar, Chile.
Carlos Gorostiza, Osvaldo Dragún y Griselda Gambaro, Argentina.
En EE. UU. debemos destacar indudablemente a Eugene O’Neill, Premio Nobel y ganador en cuatro ocasiones del Premio Pullitzer. Algunas de sus obras: Más allá del horizonte, Anna Christie, Extraño interludio, Largo viaje hacia la luna,…
Y los posteriores estadounidenses: Robert E. Sherwood (El bosque petrificado,…), Elmer Rice (La máquina de sumar, La calle,…), Thornton Wilder (Nuestra ciudad, La piel de nuestros dientes,…), Tennessee Williams (Un tranvía llamado Deseo, La gata sobre el tejado de cinc caliente, La noche de la iguana,…), Arthur Miller (La muerte de un viajante, Las brujas de Salem, Panorama desde el puente,…).
La importancia de las obras teatrales dentro del campo de la creación literaria ha sido y seguirá siendo importante. Sirva este modesto artículo como homenaje por el olvido en que tenemos sumido al TEATRO entre todos.
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samedi 29 septembre 2007
mercredi 26 septembre 2007
+ MIS LECTURAS - 11
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ACABO DE LEER:
Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967). Prólogo de Juan Bonilla.
¿Qué es el postmodernismo? Una definición bien simple derivada del mismo vocablo sería ‘lo que viene tras el modernismo’. El modernismo o movimiento modernista pasó. Fue con el que se conoció a la literatura escrita en castellano entre 1880-1910, principalmente la poesía. Si se hubiese dado en nuestros días posiblemente estaríamos hablando de ‘boom literario’. No me gustan los ‘post’ o los ‘after’ con que he leído se refieren los críticos al caso de Fernández Mallo.
Pretendo resaltar que en literatura de modo especial hemos sido muy propensos a hablar de booms o generaciones. En los últimos años hemos tratado, por ejemplo, de una generación, entre otras, —la de los 80— que nos trajo libros como Historias del Kronen, de José Angel Mañas, cuya aparición vino acompañada de una gran parafernalia mediática producida por la SORPRESA inesperada que produjo en la crítica aquel fenómeno literario.
Me temo que algo similar ha ocurrido ahora con Nocilla Dream y su gran acompañamiento mediático, que nos presenta a la generación ‘Nocilla’ o ‘Afterpops’ y a su principal exponente, al parecer Nocilla Dream, con calificativos tales como nueva literatura, de escritura fragmentaria, de lenguaje más técnico y científico, de despreocupación por los personajes, de interés por la sociología, de mezcla de poesía, novela y ensayo de modo natural, de actitud más abierta y transgresora.
Un libro que viene rodeado de estas alabanzas a coro por casi la práctica unanimidad de críticos conocidos, personalmente me hace estar algo a la defensiva y tratar de analizar la novela de modo más atento y desde un punto de vista lo más racional posible. A mi modo de ver, en literatura está todo inventado, sobre todo en narrativa.
Veamos algunos aspectos de la novela.
Escritura fragmentaria. Se da efectivamente pero esto no es nada novedoso en literatura, es un rasgo estilístico ya utilizado en el pasado por influencia de la literatura norteamericana y se ha dado en alguna europea e hispanoamericana. Se me ocurren a bote pronto: Crónicas de motel, del estadounidense Sam Shepard, fragmentos o flashes cortos de recuerdos personales, autobiográficos, que te dejan la sensación de ir transitando carreteras a bordo de un coche, asistiendo a episodios trágicos, divertidos, de poemas en alguno, en los que aparece una buena dosis de ternura, y La vida, instrucciones de uso, del francés Georges Perec, que es todo un complejo edificio de relatos trabados. Por no hablar de Rayuela, de Cortázar. Por aquí, pues, un estilo ya explorado anteriormente.
¿Y la prosa? Pues la prosa es una prosa corriente, sencilla, circunstancia que encuentro extraña viniendo de un poeta con varios poemarios firmados.
No existe un único hilo conductor de la historia, que no forma una unidad sino fragmentos independientes, ya se ha dicho. A menos que se quiera fijar como hilo conductor de la historia el árbol impertérrito y solitario existente en mitad del desierto de Nevada, que se contempla desde la carretera US50 que une las localidades de Carson City y Ely, de donde cuelgan decenas de zapatos y zapatillas usadas, abandonadas por los propietarios originales a que se refieren algunos fragmentos del libro.
Una sensación muy común en la lectura del libro será para algunos la velocidad con que se circula por la novela, con la impresión de no saber exactamente adónde vas. Es posible que haya lectores que sean capaces de ver belleza y momentos especialmente sublimes que suelen pasar por lo general desapercibidos.
Hablarnos de la no resolución definitiva a la fecha de problemas de un ordenador (no reconocer rostros o no poder leer textos escritos a mano, que el hombre realiza fácilmente); de la deficiencia de las interconexiones en la red de transmisión de datos de alta velocidad; de la encriptación de transmisiones por Internet para que no sean leídas por extraños; facilitarnos trece constantes físicas de interés, con su formulación matemática; etc.; resulta muy interesante de conocer, pero a muchos lectores quizás les sepa a demasiada fritura de literatura y ciencia juntas. Y conste que me considero modestamente un lector con cierto nivel formativo en algunos de los campos mencionados.
Si se me preguntase, así de sopetón, ¿recomendarías la lectura de este libro a todos tus amigos?, mi respuesta sería quizás, no, a todos no, a algunos solamente.
Cuando empiezas con la lectura, el libro te sorprende —y esto creo que es lo que le ha ocurrido, por diversas razones que no entramos a analizar aquí, a la crítica especializada a la que me refería al principio, que se ha encontrado con un fenómeno INESPERADO. Sí adviertes de inmediato que no se trata de una novela muy común, eso sí. Es un buen libro, sin duda, eso no se puede negar, pero habrá que esperar a leer los dos que faltan que compondrán la trilogía anunciada del ‘Nocilla Proyect’ para poder valorar con más conocimiento de causa a este escritor, que hace con esta obra su primera incursión en la novelística.
HE EMPEZADO A LEER:
Nos espera la noche, de Espido Freire (Bilbao, 1974) y
La ofensa, de Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971).
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ACABO DE LEER:
Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967). Prólogo de Juan Bonilla.
¿Qué es el postmodernismo? Una definición bien simple derivada del mismo vocablo sería ‘lo que viene tras el modernismo’. El modernismo o movimiento modernista pasó. Fue con el que se conoció a la literatura escrita en castellano entre 1880-1910, principalmente la poesía. Si se hubiese dado en nuestros días posiblemente estaríamos hablando de ‘boom literario’. No me gustan los ‘post’ o los ‘after’ con que he leído se refieren los críticos al caso de Fernández Mallo.
Pretendo resaltar que en literatura de modo especial hemos sido muy propensos a hablar de booms o generaciones. En los últimos años hemos tratado, por ejemplo, de una generación, entre otras, —la de los 80— que nos trajo libros como Historias del Kronen, de José Angel Mañas, cuya aparición vino acompañada de una gran parafernalia mediática producida por la SORPRESA inesperada que produjo en la crítica aquel fenómeno literario.
Me temo que algo similar ha ocurrido ahora con Nocilla Dream y su gran acompañamiento mediático, que nos presenta a la generación ‘Nocilla’ o ‘Afterpops’ y a su principal exponente, al parecer Nocilla Dream, con calificativos tales como nueva literatura, de escritura fragmentaria, de lenguaje más técnico y científico, de despreocupación por los personajes, de interés por la sociología, de mezcla de poesía, novela y ensayo de modo natural, de actitud más abierta y transgresora.
Un libro que viene rodeado de estas alabanzas a coro por casi la práctica unanimidad de críticos conocidos, personalmente me hace estar algo a la defensiva y tratar de analizar la novela de modo más atento y desde un punto de vista lo más racional posible. A mi modo de ver, en literatura está todo inventado, sobre todo en narrativa.
Veamos algunos aspectos de la novela.
Escritura fragmentaria. Se da efectivamente pero esto no es nada novedoso en literatura, es un rasgo estilístico ya utilizado en el pasado por influencia de la literatura norteamericana y se ha dado en alguna europea e hispanoamericana. Se me ocurren a bote pronto: Crónicas de motel, del estadounidense Sam Shepard, fragmentos o flashes cortos de recuerdos personales, autobiográficos, que te dejan la sensación de ir transitando carreteras a bordo de un coche, asistiendo a episodios trágicos, divertidos, de poemas en alguno, en los que aparece una buena dosis de ternura, y La vida, instrucciones de uso, del francés Georges Perec, que es todo un complejo edificio de relatos trabados. Por no hablar de Rayuela, de Cortázar. Por aquí, pues, un estilo ya explorado anteriormente.
¿Y la prosa? Pues la prosa es una prosa corriente, sencilla, circunstancia que encuentro extraña viniendo de un poeta con varios poemarios firmados.
No existe un único hilo conductor de la historia, que no forma una unidad sino fragmentos independientes, ya se ha dicho. A menos que se quiera fijar como hilo conductor de la historia el árbol impertérrito y solitario existente en mitad del desierto de Nevada, que se contempla desde la carretera US50 que une las localidades de Carson City y Ely, de donde cuelgan decenas de zapatos y zapatillas usadas, abandonadas por los propietarios originales a que se refieren algunos fragmentos del libro.
Una sensación muy común en la lectura del libro será para algunos la velocidad con que se circula por la novela, con la impresión de no saber exactamente adónde vas. Es posible que haya lectores que sean capaces de ver belleza y momentos especialmente sublimes que suelen pasar por lo general desapercibidos.
Hablarnos de la no resolución definitiva a la fecha de problemas de un ordenador (no reconocer rostros o no poder leer textos escritos a mano, que el hombre realiza fácilmente); de la deficiencia de las interconexiones en la red de transmisión de datos de alta velocidad; de la encriptación de transmisiones por Internet para que no sean leídas por extraños; facilitarnos trece constantes físicas de interés, con su formulación matemática; etc.; resulta muy interesante de conocer, pero a muchos lectores quizás les sepa a demasiada fritura de literatura y ciencia juntas. Y conste que me considero modestamente un lector con cierto nivel formativo en algunos de los campos mencionados.
Si se me preguntase, así de sopetón, ¿recomendarías la lectura de este libro a todos tus amigos?, mi respuesta sería quizás, no, a todos no, a algunos solamente.
Cuando empiezas con la lectura, el libro te sorprende —y esto creo que es lo que le ha ocurrido, por diversas razones que no entramos a analizar aquí, a la crítica especializada a la que me refería al principio, que se ha encontrado con un fenómeno INESPERADO. Sí adviertes de inmediato que no se trata de una novela muy común, eso sí. Es un buen libro, sin duda, eso no se puede negar, pero habrá que esperar a leer los dos que faltan que compondrán la trilogía anunciada del ‘Nocilla Proyect’ para poder valorar con más conocimiento de causa a este escritor, que hace con esta obra su primera incursión en la novelística.
HE EMPEZADO A LEER:
Nos espera la noche, de Espido Freire (Bilbao, 1974) y
La ofensa, de Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971).
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lundi 24 septembre 2007
+ MIS LECTURAS (nota) - 3
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Estoy a mitad de una novela de la que pronto haré un comentario literario en MIS LECTURAS: Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo. Será en breve, pero no me resisto a dejar aquí unas reflexiones en torno a la afición de algunos a escribir directamente sobre una hoja de papel en blanco y el placer que tal práctica les produce, por un lado y, por otro, sobre la tecnología que nos invade y de la disfrutamos hoy.
Transcribo a continuación unas breves líneas del libro:
‘Año 2054. Mis nietos están explorando el desván de mi casa. Descubren una carta fechada en el 2004 y un CD-ROM. La carta dice que ese disco CD-ROM que tienen entre sus manos contiene un documento en el que se da la clave para heredar mi fortuna. Mis nietos tienen una viva curiosidad por leer el CD, pero jamás han visto uno salvo en las viejas películas. Aun cuando localizaran un lector de discos adecuado, ¿cómo lograrían hacer funcionar los programas necesarios para interpretación del disco?, ¿cómo podrían leer mi anticuado documento digital? Dentro de 50 años lo único directamente legible será la carta.
JEFF ROTHENBERG.’
Sí, es para pensar.
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Estoy a mitad de una novela de la que pronto haré un comentario literario en MIS LECTURAS: Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo. Será en breve, pero no me resisto a dejar aquí unas reflexiones en torno a la afición de algunos a escribir directamente sobre una hoja de papel en blanco y el placer que tal práctica les produce, por un lado y, por otro, sobre la tecnología que nos invade y de la disfrutamos hoy.
Transcribo a continuación unas breves líneas del libro:
‘Año 2054. Mis nietos están explorando el desván de mi casa. Descubren una carta fechada en el 2004 y un CD-ROM. La carta dice que ese disco CD-ROM que tienen entre sus manos contiene un documento en el que se da la clave para heredar mi fortuna. Mis nietos tienen una viva curiosidad por leer el CD, pero jamás han visto uno salvo en las viejas películas. Aun cuando localizaran un lector de discos adecuado, ¿cómo lograrían hacer funcionar los programas necesarios para interpretación del disco?, ¿cómo podrían leer mi anticuado documento digital? Dentro de 50 años lo único directamente legible será la carta.
JEFF ROTHENBERG.’
Sí, es para pensar.
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jeudi 20 septembre 2007
+ MIS LECTURAS - 10
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ACABO DE LEER:
Alianzas duraderas, de Cristina Cerrada (1970). Ediciones Lengua de Trapo, 2007.
Narradora joven que ha recibido varios premios por sus cuentos y su primera novela, Calor de hogar, S.A. (X Premio Ateneo Joven de Sevilla de Novela 2005). Tiene cuentos seleccionados en distintas antologías. Es coordinadora de diversos cursos de narrativa corta y novela.
He visto que en Alianzas duraderas la trama de la novela es actual. Se nos narra la historia de una familia modesta española, en la que se da el desempleo, la falta de vivienda, el trabajo en una ocupación laboral humilde del cabeza de familia al que de nada sirven de momento sus estudios universitarios, la convivencia de abuelo, padres, hijos y nietos —cuatro generaciones— bajo el mismo techo, la presencia en la casa familiar de un yerno inmigrante, sudamericano, que no se sabe con certeza en qué se ocupa, etc. En definitiva, el lector es testigo, a través de una serie de peripecias, de una realidad bien latente: lo difícil que es vivir.
Se advierte en la autora a una narradora madura, con un buen manejo de los tiempos del relato y una prosa sencilla, directa, no rebuscada, que hace gala de una fina ironía y un humor destacable.
Continuaré leyendo a esta joven escritora.
***
LEO ACTUALMENTE:
Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo (1967), a la que seguirá
Nos espera la noche, de Espido Freire (1974).
Aclaro que no me ha dado exclusivamente por escritores gallegos, simplemente que continúo de momento con autores jóvenes.
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ACABO DE LEER:
Alianzas duraderas, de Cristina Cerrada (1970). Ediciones Lengua de Trapo, 2007.
Narradora joven que ha recibido varios premios por sus cuentos y su primera novela, Calor de hogar, S.A. (X Premio Ateneo Joven de Sevilla de Novela 2005). Tiene cuentos seleccionados en distintas antologías. Es coordinadora de diversos cursos de narrativa corta y novela.
He visto que en Alianzas duraderas la trama de la novela es actual. Se nos narra la historia de una familia modesta española, en la que se da el desempleo, la falta de vivienda, el trabajo en una ocupación laboral humilde del cabeza de familia al que de nada sirven de momento sus estudios universitarios, la convivencia de abuelo, padres, hijos y nietos —cuatro generaciones— bajo el mismo techo, la presencia en la casa familiar de un yerno inmigrante, sudamericano, que no se sabe con certeza en qué se ocupa, etc. En definitiva, el lector es testigo, a través de una serie de peripecias, de una realidad bien latente: lo difícil que es vivir.
Se advierte en la autora a una narradora madura, con un buen manejo de los tiempos del relato y una prosa sencilla, directa, no rebuscada, que hace gala de una fina ironía y un humor destacable.
Continuaré leyendo a esta joven escritora.
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LEO ACTUALMENTE:
Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo (1967), a la que seguirá
Nos espera la noche, de Espido Freire (1974).
Aclaro que no me ha dado exclusivamente por escritores gallegos, simplemente que continúo de momento con autores jóvenes.
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lundi 17 septembre 2007
+ BUENOS PRINCIPIOS...
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El encabezamiento del artículo puede dar la impresión de que es algo así como un sermón acerca de principios morales. No, no se asusten. No va de nada de eso. Quiero hacer hoy una reflexión sobre los comienzos de novelas y cuentos que me llamaron la atención, de aquellos en que el autor me agarró de entrada por las solapas para que no me marchase y siguiera leyendo.
Cualquier manual sobre Teoría de la Literatura nos ilustra acerca de esta faceta importante de las narraciones para atrapar la atención de lector.
Deseo compartir algunos que me atrajeron especialmente. Son las primeras líneas de las obras, novelas o cuentos, que se citan:
‘Vine a Madrid para matar a un hombre a quien no había visto nunca.’
(Beltenebros, de Antonio Muñoz Molina).
‘Una tarde lluviosa del mes de noviembre de 1975, al regresar a casa de forma imprevista, encontré a mi mujer en la cama con otro hombre.’.
(El amante bilingüe, de Juan Marsé).
‘Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana de su inquieto sueño, se encontró en la cama, convertido en un insecto gigante.’.
(La metamorfosis, de Franz Kafka).
‘Alguien debió haber calumniado a Josef K., porque, sin haber hecho nada malo, una mañana fue detenido.’.
(El proceso, de Franz Kafka).
‘Nunca tuve suerte con las mujeres, soporto con resignación una penosa joroba, todos mis familiares más cercanos han muerto, soy un pobre solitario que trabaja en una oficina pavorosa. Por lo demás, soy feliz.’.
(Bartleby y compañía, de Enrique Vila-Matas).
‘Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.’.
(El viejo y el mar, de Ernest Hemingway).
‘Cuando el forense, con la sobrecogedora parsimonia de su oficio, comprobó el funcionamiento de la sierra circular que se disponía a aplicar sobre el cráneo de Neus Barutell, reparé en que aquélla era la primera vez que presenciaba la autopsia de alguien a quien había tenido la oportunidad de ver con vida.’.
(La reina sin espejo, de Lorenzo Silva).
‘Era lunes y como todos los lunes el alma me pesaba ahí mismo, abajo del saquito de los cojones. Una tarde pensé que el alma era una tercera bola que llevaba ahí colgando y que me servía tan poco como me servían las otras dos.’.
(La flaqueza del bolchevique, de Lorenzo Silva).
‘Recuerdo a Carmelo Sanjulián, que tenía piernas alámbricas de mosquito y cara de mala leche y estaba siempre adulándome o acorralándome a empujones en un rincón, para que le diera la mortadela de mi bocadillo y, si no lo hacía, le decía a los otros, en voz alta, que mi abuelo estaba sansirolé, lelo, tontolaba, legumbre, gilivaina, lirio o cebollo.’.
(La marcha de Radetzky, cuento, de Medardo Fraile).
Otro día hablaré acerca de otros aspectos que me gustaron especialmente de las novelas y cuentos que he leído.
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El encabezamiento del artículo puede dar la impresión de que es algo así como un sermón acerca de principios morales. No, no se asusten. No va de nada de eso. Quiero hacer hoy una reflexión sobre los comienzos de novelas y cuentos que me llamaron la atención, de aquellos en que el autor me agarró de entrada por las solapas para que no me marchase y siguiera leyendo.
Cualquier manual sobre Teoría de la Literatura nos ilustra acerca de esta faceta importante de las narraciones para atrapar la atención de lector.
Deseo compartir algunos que me atrajeron especialmente. Son las primeras líneas de las obras, novelas o cuentos, que se citan:
‘Vine a Madrid para matar a un hombre a quien no había visto nunca.’
(Beltenebros, de Antonio Muñoz Molina).
‘Una tarde lluviosa del mes de noviembre de 1975, al regresar a casa de forma imprevista, encontré a mi mujer en la cama con otro hombre.’.
(El amante bilingüe, de Juan Marsé).
‘Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana de su inquieto sueño, se encontró en la cama, convertido en un insecto gigante.’.
(La metamorfosis, de Franz Kafka).
‘Alguien debió haber calumniado a Josef K., porque, sin haber hecho nada malo, una mañana fue detenido.’.
(El proceso, de Franz Kafka).
‘Nunca tuve suerte con las mujeres, soporto con resignación una penosa joroba, todos mis familiares más cercanos han muerto, soy un pobre solitario que trabaja en una oficina pavorosa. Por lo demás, soy feliz.’.
(Bartleby y compañía, de Enrique Vila-Matas).
‘Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.’.
(El viejo y el mar, de Ernest Hemingway).
‘Cuando el forense, con la sobrecogedora parsimonia de su oficio, comprobó el funcionamiento de la sierra circular que se disponía a aplicar sobre el cráneo de Neus Barutell, reparé en que aquélla era la primera vez que presenciaba la autopsia de alguien a quien había tenido la oportunidad de ver con vida.’.
(La reina sin espejo, de Lorenzo Silva).
‘Era lunes y como todos los lunes el alma me pesaba ahí mismo, abajo del saquito de los cojones. Una tarde pensé que el alma era una tercera bola que llevaba ahí colgando y que me servía tan poco como me servían las otras dos.’.
(La flaqueza del bolchevique, de Lorenzo Silva).
‘Recuerdo a Carmelo Sanjulián, que tenía piernas alámbricas de mosquito y cara de mala leche y estaba siempre adulándome o acorralándome a empujones en un rincón, para que le diera la mortadela de mi bocadillo y, si no lo hacía, le decía a los otros, en voz alta, que mi abuelo estaba sansirolé, lelo, tontolaba, legumbre, gilivaina, lirio o cebollo.’.
(La marcha de Radetzky, cuento, de Medardo Fraile).
Otro día hablaré acerca de otros aspectos que me gustaron especialmente de las novelas y cuentos que he leído.
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+ LA LITERATURA Y LA SELVA
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Al igual que existe la novela realista, romántica, policíaca,…, existe la novela de la selva. Es un tipo de novela que se ha dado en zonas de climas intertropicales (por debajo del Trópico de Cáncer y por encima del Trópico de Capricornio), con abundantes precipitaciones, en territorios de América Central y del Sur, África Central, Malasia, Indonesia,... Por tanto es difícil que en España se den escritores de novelas de la selva, salvo que existan novelistas que siendo residentes en nuestro país hayan tenido experiencia directa con la selva. Algún caso existe. O el de algún otro escritor que visitó países con selva.
Estamos preparando otro artículo que tratará sobre ‘La literatura y la ciudad’ y en él se da mayor dispersión geográfica (Madrid, Barcelona, New York, Sydney, Calcuta, Ciudad del Cabo, etc.).
Este tipo de novela de la selva o de la tierra ha sido cultivado por autores hispanos desde Bolivia hasta Brasil y algún asiático y europeo. En ella se suele dar la lucha titánica del hombre por la supervivencia, la pugna contra un medio hostil repleto de peligros, acechanzas y enfermedades. La batalla en definitiva contra la naturaleza indómita. O bien se pinta ora la vida del cauchero, ora la inicua explotación del indio y el mestizo entre tanto verde color esperanza.
Ha habido algunos escritores que han reflejado este medio hostil en sus novelas y cuentos. Hablemos de algunos de ellos.
***
Rudyard Kipling (1865-1936), escritor indio, nacionalizado británico. Novelista, cuentista y poeta. Premio Nobel de Literatura 1907. Desde su infancia fue educado en Inglaterra. Fue distinguido con numerosos honores.
Una de sus obras más populares es El libro de la selva (dos libros), cuentos de ficción, llevado al cine y representado en dibujos animados (Disney). Kipling recordó un cuento escrito por él tiempo atrás en el que un personaje era criado por los lobos como si fuera un lobezno y partiendo de esta idea y ampliándola, creó una galería de personajes inolvidables, entre ellos Mowgli, el protagonista, en que nos recrea con su elegante inspiración.
Escribió otros cuentos, novelas, artículos y poemas.
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Horacio Quiroga (1878-1937), uruguayo, vivió largo tiempo en Argentina, confinado en la selva, en Misiones. Tratamos de él en nuestro artículo ‘Literatura y suicidio’. Se suicidó bebiendo un vaso de cianuro y muriendo entre espantosos dolores.
Escribió Cuentos de la selva, en que se deja sentir la influencia de Kipling. Son cuentos ambientados en la selva tropical, en que humor y tragedia se combinan de manera magistral, ofreciéndonos como resultado ejemplos sin par del difícil arte del cuento en el que Horacio Quiroga se reveló como un auténtico maestro.
Tiene escritos numerosos cuentos.
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Joseph Conrad (1857-1924), novelista polaco, nacionalizado inglés. Es un caso singular, junto al de Nabokov. Sin ser ingleses de nacimiento ambos, los dos escribieron su obra en inglés.
Durante su niñez se produce la ocupación de Polonia por Rusia, lo que le dejaría una huella profunda y la elección más tarde, como escritor, de temas como el colonialismo, de los que trata en sus novelas El corazón de las tinieblas y Nostromo. Escribió unas veinte novelas, algunas muy populares, llevadas al cine. Lord Jim es una de ellas.
El corazón de las tinieblas es una novela edificada sobre una anécdota insignificante, un viaje por el río Congo. Conrad nos traslada a un mundo alucinatorio de tinieblas en la jungla africana y de tenebrosos instintos olvidados.
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José Eustasio Rivera (1888-1928), colombiano, novelista y poeta.
Escribió la novela La vorágine, que es una de las más importantes de la literatura latinoamericana, poco conocida en España, muy influyente en la narrativa posterior, cuya trama se desarrolla en el llano y la selva colombianos, en la que se refleja la lucha de hombres y mujeres por la supervivencia material y espiritual.
Hay quien ha querido ver en líneas generales ciertas similitudes entre La vorágine (1924) y El corazón de las tinieblas (1899), por tratar ambas de un viaje hacia el interior selvático, suramericano y africano, respectivamente, y el paralelismo de personajes en una y otra.
No falta quien ha establecido un cruce entre La vorágine y Los desterrados (1926), de Horacio Quiroga, y han querido ver parecidos de fondo entre ambas: la selva, el destierro y la muerte.
Es bien cierto que el género de la novela de Rivera tuvo seguidores: Canaíma, del venezolano Rómulo Gallegos, ex-Presidente de Venezuela, y Calunga, del brasileño Jorge de Lima.
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Luis Sepúlveda (1949), chileno, residente en España. Novelista y cuentista.
Ha escrito Un viejo que leía novelas de amor, novela corta con desarrollo en un pueblo remoto, El Idilio, en la región amazónica de los indios shuar —llamados jíbaros—. En ella nos habla de codiciosos que creen dominar la Selva porque van cargados de armas, pero que no saben enfrentarse a una fiera enloquecida a la que le han matado sus crías.
Luis Sepúlveda hace gala en esta novela de sus grandes dotes de narrador de historias. Tiene editados otras novelas y cuentos.
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Al igual que existe la novela realista, romántica, policíaca,…, existe la novela de la selva. Es un tipo de novela que se ha dado en zonas de climas intertropicales (por debajo del Trópico de Cáncer y por encima del Trópico de Capricornio), con abundantes precipitaciones, en territorios de América Central y del Sur, África Central, Malasia, Indonesia,... Por tanto es difícil que en España se den escritores de novelas de la selva, salvo que existan novelistas que siendo residentes en nuestro país hayan tenido experiencia directa con la selva. Algún caso existe. O el de algún otro escritor que visitó países con selva.
Estamos preparando otro artículo que tratará sobre ‘La literatura y la ciudad’ y en él se da mayor dispersión geográfica (Madrid, Barcelona, New York, Sydney, Calcuta, Ciudad del Cabo, etc.).
Este tipo de novela de la selva o de la tierra ha sido cultivado por autores hispanos desde Bolivia hasta Brasil y algún asiático y europeo. En ella se suele dar la lucha titánica del hombre por la supervivencia, la pugna contra un medio hostil repleto de peligros, acechanzas y enfermedades. La batalla en definitiva contra la naturaleza indómita. O bien se pinta ora la vida del cauchero, ora la inicua explotación del indio y el mestizo entre tanto verde color esperanza.
Ha habido algunos escritores que han reflejado este medio hostil en sus novelas y cuentos. Hablemos de algunos de ellos.
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Rudyard Kipling (1865-1936), escritor indio, nacionalizado británico. Novelista, cuentista y poeta. Premio Nobel de Literatura 1907. Desde su infancia fue educado en Inglaterra. Fue distinguido con numerosos honores.
Una de sus obras más populares es El libro de la selva (dos libros), cuentos de ficción, llevado al cine y representado en dibujos animados (Disney). Kipling recordó un cuento escrito por él tiempo atrás en el que un personaje era criado por los lobos como si fuera un lobezno y partiendo de esta idea y ampliándola, creó una galería de personajes inolvidables, entre ellos Mowgli, el protagonista, en que nos recrea con su elegante inspiración.
Escribió otros cuentos, novelas, artículos y poemas.
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Horacio Quiroga (1878-1937), uruguayo, vivió largo tiempo en Argentina, confinado en la selva, en Misiones. Tratamos de él en nuestro artículo ‘Literatura y suicidio’. Se suicidó bebiendo un vaso de cianuro y muriendo entre espantosos dolores.
Escribió Cuentos de la selva, en que se deja sentir la influencia de Kipling. Son cuentos ambientados en la selva tropical, en que humor y tragedia se combinan de manera magistral, ofreciéndonos como resultado ejemplos sin par del difícil arte del cuento en el que Horacio Quiroga se reveló como un auténtico maestro.
Tiene escritos numerosos cuentos.
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Joseph Conrad (1857-1924), novelista polaco, nacionalizado inglés. Es un caso singular, junto al de Nabokov. Sin ser ingleses de nacimiento ambos, los dos escribieron su obra en inglés.
Durante su niñez se produce la ocupación de Polonia por Rusia, lo que le dejaría una huella profunda y la elección más tarde, como escritor, de temas como el colonialismo, de los que trata en sus novelas El corazón de las tinieblas y Nostromo. Escribió unas veinte novelas, algunas muy populares, llevadas al cine. Lord Jim es una de ellas.
El corazón de las tinieblas es una novela edificada sobre una anécdota insignificante, un viaje por el río Congo. Conrad nos traslada a un mundo alucinatorio de tinieblas en la jungla africana y de tenebrosos instintos olvidados.
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José Eustasio Rivera (1888-1928), colombiano, novelista y poeta.
Escribió la novela La vorágine, que es una de las más importantes de la literatura latinoamericana, poco conocida en España, muy influyente en la narrativa posterior, cuya trama se desarrolla en el llano y la selva colombianos, en la que se refleja la lucha de hombres y mujeres por la supervivencia material y espiritual.
Hay quien ha querido ver en líneas generales ciertas similitudes entre La vorágine (1924) y El corazón de las tinieblas (1899), por tratar ambas de un viaje hacia el interior selvático, suramericano y africano, respectivamente, y el paralelismo de personajes en una y otra.
No falta quien ha establecido un cruce entre La vorágine y Los desterrados (1926), de Horacio Quiroga, y han querido ver parecidos de fondo entre ambas: la selva, el destierro y la muerte.
Es bien cierto que el género de la novela de Rivera tuvo seguidores: Canaíma, del venezolano Rómulo Gallegos, ex-Presidente de Venezuela, y Calunga, del brasileño Jorge de Lima.
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Luis Sepúlveda (1949), chileno, residente en España. Novelista y cuentista.
Ha escrito Un viejo que leía novelas de amor, novela corta con desarrollo en un pueblo remoto, El Idilio, en la región amazónica de los indios shuar —llamados jíbaros—. En ella nos habla de codiciosos que creen dominar la Selva porque van cargados de armas, pero que no saben enfrentarse a una fiera enloquecida a la que le han matado sus crías.
Luis Sepúlveda hace gala en esta novela de sus grandes dotes de narrador de historias. Tiene editados otras novelas y cuentos.
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dimanche 16 septembre 2007
+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 7
(diciembre)
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Observo en mi particular calendario de efemérides que en este mes diciembre fallecen los siguientes autores extranjeros populares: Alejandro Dumas (padre), Robert Louis Stevenson y Luigi Pirandello. Y nace Rudyard Kipling.
De entre los hispanos:
HORACIO QUIROGA, uruguayo, nace en diciembre de 1898. Cuentista, dramaturgo y poeta. Profesor de castellano. Fotógrafo. Una obra: Cuentos de amor, de locura y de muerte (cuentos).
RAFAEL ALBERTI, español, nace en diciembre de 1902. Poeta y pintor. Premio Nacional de Literatura e Hijo Predilecto de Andalucía. Una obra: El alba del alhelí (poesía).
ALEJO CARPENTIER, cubano, nace en diciembre de 1904. Novelista, periodista, ensayista y musicólogo. Uno de los impulsores del realismo maravilloso o fantástico. Premio Cervantes 1977 y Premio Médici 1979 francés. Una obra: Los pasos perdidos (novela).
JOSÉ DONOSO, chileno, fallece en diciembre de 1996. Novelista, cuentista y periodista. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Una obra: El obsceno pájaro de la noche (novela).
ENRIQUE ANDERSON IMBERT, argentino, fallece en diciembre de 2000. Novelista, cuentista, ensayista y profesor universitario. Miembro de la Academia Argentina de Letras. Una obra: Los primeros cuentos del mundo (cuentos).
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Observo en mi particular calendario de efemérides que en este mes diciembre fallecen los siguientes autores extranjeros populares: Alejandro Dumas (padre), Robert Louis Stevenson y Luigi Pirandello. Y nace Rudyard Kipling.
De entre los hispanos:
HORACIO QUIROGA, uruguayo, nace en diciembre de 1898. Cuentista, dramaturgo y poeta. Profesor de castellano. Fotógrafo. Una obra: Cuentos de amor, de locura y de muerte (cuentos).
RAFAEL ALBERTI, español, nace en diciembre de 1902. Poeta y pintor. Premio Nacional de Literatura e Hijo Predilecto de Andalucía. Una obra: El alba del alhelí (poesía).
ALEJO CARPENTIER, cubano, nace en diciembre de 1904. Novelista, periodista, ensayista y musicólogo. Uno de los impulsores del realismo maravilloso o fantástico. Premio Cervantes 1977 y Premio Médici 1979 francés. Una obra: Los pasos perdidos (novela).
JOSÉ DONOSO, chileno, fallece en diciembre de 1996. Novelista, cuentista y periodista. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Una obra: El obsceno pájaro de la noche (novela).
ENRIQUE ANDERSON IMBERT, argentino, fallece en diciembre de 2000. Novelista, cuentista, ensayista y profesor universitario. Miembro de la Academia Argentina de Letras. Una obra: Los primeros cuentos del mundo (cuentos).
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+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 6
(noviembre)
***
Continúo explorando mi calendario en busca de autores del mundo hispano, nacidos o fallecidos en este mes. Y me encuentro con un dramaturgo, un novelista y un poeta, los tres españoles.
Son:
PEDRO MUÑOZ SECA, muere en este mes del año 1936. Escritor y autor teatral. Una obra: Anacleto se divorcia.
ARTURO PÉREZ REVERTE, nace en noviembre de 1951. Novelista y periodista. Corresponsal de guerra. Miembro de la Real Academia Española. Caballero de la Orden de las Letras y Artes de Francia. Una obra: El maestro de esgrima.
RAFAEL ALBERTI MERELLO murió en noviembre de 1999. Poeta. Premio Nacional de Literatura e Hijo Predilecto de Andalucía. Una obra: Marinero en tierra.
***
De entre los autores extranjeros famosos aparecen nacidos en este mes: Albert Camus, Robert Louis Stevenson y Eça de Queiroz; y de entre los fallecidos: León Tolstoi y Óscar Wilde.
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Continúo explorando mi calendario en busca de autores del mundo hispano, nacidos o fallecidos en este mes. Y me encuentro con un dramaturgo, un novelista y un poeta, los tres españoles.
Son:
PEDRO MUÑOZ SECA, muere en este mes del año 1936. Escritor y autor teatral. Una obra: Anacleto se divorcia.
ARTURO PÉREZ REVERTE, nace en noviembre de 1951. Novelista y periodista. Corresponsal de guerra. Miembro de la Real Academia Española. Caballero de la Orden de las Letras y Artes de Francia. Una obra: El maestro de esgrima.
RAFAEL ALBERTI MERELLO murió en noviembre de 1999. Poeta. Premio Nacional de Literatura e Hijo Predilecto de Andalucía. Una obra: Marinero en tierra.
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De entre los autores extranjeros famosos aparecen nacidos en este mes: Albert Camus, Robert Louis Stevenson y Eça de Queiroz; y de entre los fallecidos: León Tolstoi y Óscar Wilde.
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+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 5
(octubre)
***
Resulta curioso que en el calendario de efemérides literarias que estoy confeccionando —doce meses— hay un único fallecimiento en octubre de un autor extranjero, muy importante: Edgar Allan Poe. Y el nacimiento de otro: Óscar Wilde.
De los escritores hispanos:
En octubre de 1866 nace CARLOS ARNICHES, español, comediógrafo, miembro de la Real Academia Española. Ocupó la cátedra de Estética de Bellas Artes de la Escuela de San Fernando. Una obra: Es mi hombre (teatro).
En octubre de 1899 nace MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS, guatemalteco. Novelista, ensayista, cuentista y dramaturgo. Premio Nobel de Literatura 1967. Una obra: Hombres de maíz (novela).
En octubre de 1977 fallece MIGUEL MIHURA, español, escritor, periodista, humorista. Fundó la revista La Codorniz. Una obra: Maribel y la extraña familia (teatro).
En octubre de 1949 nace LUIS SEPÚLVEDA, chileno, novelista y cuentista. Un obra: Un viejo que leía novelas de amor (novela corta).
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Resulta curioso que en el calendario de efemérides literarias que estoy confeccionando —doce meses— hay un único fallecimiento en octubre de un autor extranjero, muy importante: Edgar Allan Poe. Y el nacimiento de otro: Óscar Wilde.
De los escritores hispanos:
En octubre de 1866 nace CARLOS ARNICHES, español, comediógrafo, miembro de la Real Academia Española. Ocupó la cátedra de Estética de Bellas Artes de la Escuela de San Fernando. Una obra: Es mi hombre (teatro).
En octubre de 1899 nace MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS, guatemalteco. Novelista, ensayista, cuentista y dramaturgo. Premio Nobel de Literatura 1967. Una obra: Hombres de maíz (novela).
En octubre de 1977 fallece MIGUEL MIHURA, español, escritor, periodista, humorista. Fundó la revista La Codorniz. Una obra: Maribel y la extraña familia (teatro).
En octubre de 1949 nace LUIS SEPÚLVEDA, chileno, novelista y cuentista. Un obra: Un viejo que leía novelas de amor (novela corta).
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samedi 15 septembre 2007
+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 4
(setiembre)
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Aparte de los autores hispanos, en este mes de setiembre se producen el nacimiento y fallecimiento, respectivamente, de dos grandes escritores no hispanos de la literatura universal: León Tolstoi y Émile Zola.
Pero hablemos de los hispanos:
En setiembre de 1914 nace ADOLFO BIOY CASARES, argentino, novelista y cuentista. Premio Cervantes. Una obra: La invención de Morel (novela).
En setiembre de 1916 nace ANTONIO BUERO VALLEJO, español, dramaturgo, miembro de la Real Academia Española y Premio Cervantes. Una obra: Historia de una escalera (teatro).
En setiembre de 1547 nace MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA, español, novelista, poeta y dramaturgo. Una obra: Novelas ejemplares (doce novelas cortas).
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Aparte de los autores hispanos, en este mes de setiembre se producen el nacimiento y fallecimiento, respectivamente, de dos grandes escritores no hispanos de la literatura universal: León Tolstoi y Émile Zola.
Pero hablemos de los hispanos:
En setiembre de 1914 nace ADOLFO BIOY CASARES, argentino, novelista y cuentista. Premio Cervantes. Una obra: La invención de Morel (novela).
En setiembre de 1916 nace ANTONIO BUERO VALLEJO, español, dramaturgo, miembro de la Real Academia Española y Premio Cervantes. Una obra: Historia de una escalera (teatro).
En setiembre de 1547 nace MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA, español, novelista, poeta y dramaturgo. Una obra: Novelas ejemplares (doce novelas cortas).
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+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 3
(agosto)
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Llego al mes de agosto en mi confección del calendario sobre efemérides literarias. La muerte no visitó a nadie en el planeta literario y sí llegaron para alegrarnos la vida con sus ficciones tres escritores hispanos: Rómulo Gallegos (venezolano), Isabel Allende (peruana) y Julio Cortázar (argentino), aunque obviamente en años diferentes.
En agosto de 1844 nace RÓMULO GALLEGOS, venezolano. Fue Presidente de la República de Venezuela y nominado al Premio Nobel de Literatura. Una obra: Doña Bárbara (novela).
En agosto de 1942 nace ISABEL ALLENDE, peruana. Es Académica de Bellas Artes y Letras de EE. UU. Una obra: La casa de los espíritus (novela).
En agosto de 1914 nace JULIO CORTÁZAR, argentino. Novelista, cuentista, poeta y traductor. Una obra: Rayuela (novela).
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Llego al mes de agosto en mi confección del calendario sobre efemérides literarias. La muerte no visitó a nadie en el planeta literario y sí llegaron para alegrarnos la vida con sus ficciones tres escritores hispanos: Rómulo Gallegos (venezolano), Isabel Allende (peruana) y Julio Cortázar (argentino), aunque obviamente en años diferentes.
En agosto de 1844 nace RÓMULO GALLEGOS, venezolano. Fue Presidente de la República de Venezuela y nominado al Premio Nobel de Literatura. Una obra: Doña Bárbara (novela).
En agosto de 1942 nace ISABEL ALLENDE, peruana. Es Académica de Bellas Artes y Letras de EE. UU. Una obra: La casa de los espíritus (novela).
En agosto de 1914 nace JULIO CORTÁZAR, argentino. Novelista, cuentista, poeta y traductor. Una obra: Rayuela (novela).
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+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 2
(julio)
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En el mes de julio nos encontramos en este particular calendario sobre ecos de sociedad literarios a los siguientes escritores hispanos: Gerardo Diego (español), Pablo Neruda (chileno), Jacinto Benavente (español) y Pedro Antonio de Alarcón (español).
Entre los tres españoles y un chileno, se da un caso que llama la atención: Jacinto Benavente muere en julio de 1904 y en el mismo mes y año viene al mundo Pablo Neruda.
Julio de 1987, fallece GERARDO DIEGO, poeta. Académico de la R.A.E. y Premio Cervantes. Una obra: El ciprés de Silos (soneto).
Julio de 1904, nace PABLO NERUDA, poeta. Premio Nobel de Literatura 1971. Una obra: Cien sonetos de amor (poesía).
Julio de 1904, fallece JACINTO BENAVENTE, dramaturgo. Premio Nobel de Literatura 1922. Una obra: Los intereses creados (teatro).
Julio de 1891, fallece PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN. Académico de la R.A.E. Una obra: El sombrero de tres picos (novela corta).
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En el mes de julio nos encontramos en este particular calendario sobre ecos de sociedad literarios a los siguientes escritores hispanos: Gerardo Diego (español), Pablo Neruda (chileno), Jacinto Benavente (español) y Pedro Antonio de Alarcón (español).
Entre los tres españoles y un chileno, se da un caso que llama la atención: Jacinto Benavente muere en julio de 1904 y en el mismo mes y año viene al mundo Pablo Neruda.
Julio de 1987, fallece GERARDO DIEGO, poeta. Académico de la R.A.E. y Premio Cervantes. Una obra: El ciprés de Silos (soneto).
Julio de 1904, nace PABLO NERUDA, poeta. Premio Nobel de Literatura 1971. Una obra: Cien sonetos de amor (poesía).
Julio de 1904, fallece JACINTO BENAVENTE, dramaturgo. Premio Nobel de Literatura 1922. Una obra: Los intereses creados (teatro).
Julio de 1891, fallece PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN. Académico de la R.A.E. Una obra: El sombrero de tres picos (novela corta).
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vendredi 14 septembre 2007
+ ESCRITORES Y PARIENTES
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Leo en mi calendario de efemérides literarias lo que sigue: Nacieron ambos en el mes de julio. Uno en 1802, el otro en 1824. Los dos fueron escritores reconocidos. Y franceses. Hablamos de los Alejandro Dumas, padre e hijo.
No es un caso muy común en la literatura universal que dos personas unidas por ese vínculo hayan escrito novelas famosas, algunas llevadas al cine.
Alejandro Dumas, padre (1802-1870) fue más notable y más reconocido novelista que su hijo, siendo muy conocido a nivel popular por sus novelas El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros. Para atender la creciente demanda de sus obras por el público tuvo que recurrir a la ayuda notoria de ‘colaboradores’, que intervinieron en las mencionadas novelas. Fue admirador de Walter Scott. Amasó una enorme fortuna que fue pródigo en dilapidar. Conoció a Julio Verne joven. Casi totalmente arruinado se refugió en casa de un hijo, también escritor, en donde murió. Se han hecho numerosas versiones cinematográficas y televisivas de estas dos novelas, que muchos recordamos haber leído y presenciado en nuestros años más jóvenes.
Escribió más de 300 obras y numerosos artículos, convirtiéndose en uno de los autores más prolíficos y populares de Francia.
Entre sus novelas más populares, además de las citadas, destacan Veinte años después, La reina Margot, El vizconde de Bragelonne, El tulipán negro, etc.
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Alejandro Dumas, hijo (1824-1895) ilegítimo del anterior, aunque reconocido legalmente a la edad de siete años. Fue un autor mundialmente reconocido, como su padre.
Quizás su obra más conocida sea la novela romántica La dama de las camelias, inspirada en una joven cortesana que conoció. En inglés recibió el título de Camille y fue la base de La Traviata, ópera de Giuseppe Verdi. Escribió la novela semi-autobiográfica El caso Clemenceau, considerada por muchos como su mejor trabajo literario.
Escribió unas doce novelas más y varias obras teatrales. Fue elegido miembro de la Academia Francesa, con la oposición tenaz de Víctor Hugo. Se le concedió la Legión de Honor.
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Leo en mi calendario de efemérides literarias lo que sigue: Nacieron ambos en el mes de julio. Uno en 1802, el otro en 1824. Los dos fueron escritores reconocidos. Y franceses. Hablamos de los Alejandro Dumas, padre e hijo.
No es un caso muy común en la literatura universal que dos personas unidas por ese vínculo hayan escrito novelas famosas, algunas llevadas al cine.
Alejandro Dumas, padre (1802-1870) fue más notable y más reconocido novelista que su hijo, siendo muy conocido a nivel popular por sus novelas El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros. Para atender la creciente demanda de sus obras por el público tuvo que recurrir a la ayuda notoria de ‘colaboradores’, que intervinieron en las mencionadas novelas. Fue admirador de Walter Scott. Amasó una enorme fortuna que fue pródigo en dilapidar. Conoció a Julio Verne joven. Casi totalmente arruinado se refugió en casa de un hijo, también escritor, en donde murió. Se han hecho numerosas versiones cinematográficas y televisivas de estas dos novelas, que muchos recordamos haber leído y presenciado en nuestros años más jóvenes.
Escribió más de 300 obras y numerosos artículos, convirtiéndose en uno de los autores más prolíficos y populares de Francia.
Entre sus novelas más populares, además de las citadas, destacan Veinte años después, La reina Margot, El vizconde de Bragelonne, El tulipán negro, etc.
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Alejandro Dumas, hijo (1824-1895) ilegítimo del anterior, aunque reconocido legalmente a la edad de siete años. Fue un autor mundialmente reconocido, como su padre.
Quizás su obra más conocida sea la novela romántica La dama de las camelias, inspirada en una joven cortesana que conoció. En inglés recibió el título de Camille y fue la base de La Traviata, ópera de Giuseppe Verdi. Escribió la novela semi-autobiográfica El caso Clemenceau, considerada por muchos como su mejor trabajo literario.
Escribió unas doce novelas más y varias obras teatrales. Fue elegido miembro de la Academia Francesa, con la oposición tenaz de Víctor Hugo. Se le concedió la Legión de Honor.
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+ ILUSIONAR ESCRIBIENDO
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He iniciado recientemente la confección de un calendario sobre efemérides literarias, en que recojo mes a mes las fechas de nacimiento y fallecimiento de los escritores más populares de todos los tiempos.
Aunque a simple vista parece una nimiedad, se lleva uno agradables sorpresas, desde recordar que un padre y un hijo fueron celebrados escritores nacidos en el mismo mes —los Dumas—, pasando por hechos que traen recuerdos de momentos felices de tu infancia y pubertad —los cuentos de Andersen—, hasta recordar que en un mes preciso —y el hecho es para celebrarlo— nació la máxima figura de la literatura universal, Miguel de Cervantes, que te hace meditar, así a bote pronto, que para ti la obra que se cree más perfecta de él no es precisamente El Quijote, como opinan las máximas autoridades de la materia y muchos otros, sino sus Novelas ejemplares, que dan para escribir un artículo defendiendo la teoría particular de que sus novelas cortas han sido la raíz de todos los realismos literarios habidos y por haber desde las propias novelas realistas cortas cervantinas a los realismos más recientes, el mágico y el fantástico.
Hoy he recordado con especial añoranza a un constructor de ilusiones, un prestidigitador, un creador de hermosos castillos en el aire, un fabricante de sueños infantiles, a alguien que hacía saltar los abecedarios, que nos hablaba de un abeto que se enfada por lo pequeño que es, que ponía a bailar a unas zapatillas, que nos cuenta la historia del soldadito de plomo que se enamora de una bailarina, etc. Me estoy refiriendo a HANS CHRISTIAN ANDERSEN (1805-1875).
Momentos bien felices de nuestra infancia hemos disfrutado con la literatura infantil de este grandioso cuentista, con una imaginación desbordante, sin límites, danés de nacimiento. Fue un viajero empedernido y sus múltiples viajes le sirvieron de inspiración para sus cuentos infantiles, especialidad en que destacó especialmente, a pesar de haber escrito también teatro, novela, poemas y libros de viaje. En su visita a Inglaterra fue acompañado a su partida por Charles Dickens. Mantuvo durante muchos años la costumbre de narrar de viva voz los cuentos que le hicieron famoso. Recibió numerosos honores en vida en su país.
Entre sus cuentos más conocidos recordarán que destacan: El patito feo, La reina de las nieves, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, El sastrecillo valiente, La sirenita,…
Sus cuentos han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a ballets, obras teatrales, cine, dibujos animados, juegos de CD, escultura, pintura,…
La obra de Andersen es un claro ejemplo de la resonancia que puede alcanzar la literatura infantil.
Al que desee releer para sí o para algún familiar en edad infantil alguno de estos cuentos, aquí le dejo un enlace con un número elevado de ellos.
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He iniciado recientemente la confección de un calendario sobre efemérides literarias, en que recojo mes a mes las fechas de nacimiento y fallecimiento de los escritores más populares de todos los tiempos.
Aunque a simple vista parece una nimiedad, se lleva uno agradables sorpresas, desde recordar que un padre y un hijo fueron celebrados escritores nacidos en el mismo mes —los Dumas—, pasando por hechos que traen recuerdos de momentos felices de tu infancia y pubertad —los cuentos de Andersen—, hasta recordar que en un mes preciso —y el hecho es para celebrarlo— nació la máxima figura de la literatura universal, Miguel de Cervantes, que te hace meditar, así a bote pronto, que para ti la obra que se cree más perfecta de él no es precisamente El Quijote, como opinan las máximas autoridades de la materia y muchos otros, sino sus Novelas ejemplares, que dan para escribir un artículo defendiendo la teoría particular de que sus novelas cortas han sido la raíz de todos los realismos literarios habidos y por haber desde las propias novelas realistas cortas cervantinas a los realismos más recientes, el mágico y el fantástico.
Hoy he recordado con especial añoranza a un constructor de ilusiones, un prestidigitador, un creador de hermosos castillos en el aire, un fabricante de sueños infantiles, a alguien que hacía saltar los abecedarios, que nos hablaba de un abeto que se enfada por lo pequeño que es, que ponía a bailar a unas zapatillas, que nos cuenta la historia del soldadito de plomo que se enamora de una bailarina, etc. Me estoy refiriendo a HANS CHRISTIAN ANDERSEN (1805-1875).
Momentos bien felices de nuestra infancia hemos disfrutado con la literatura infantil de este grandioso cuentista, con una imaginación desbordante, sin límites, danés de nacimiento. Fue un viajero empedernido y sus múltiples viajes le sirvieron de inspiración para sus cuentos infantiles, especialidad en que destacó especialmente, a pesar de haber escrito también teatro, novela, poemas y libros de viaje. En su visita a Inglaterra fue acompañado a su partida por Charles Dickens. Mantuvo durante muchos años la costumbre de narrar de viva voz los cuentos que le hicieron famoso. Recibió numerosos honores en vida en su país.
Entre sus cuentos más conocidos recordarán que destacan: El patito feo, La reina de las nieves, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, El sastrecillo valiente, La sirenita,…
Sus cuentos han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a ballets, obras teatrales, cine, dibujos animados, juegos de CD, escultura, pintura,…
La obra de Andersen es un claro ejemplo de la resonancia que puede alcanzar la literatura infantil.
Al que desee releer para sí o para algún familiar en edad infantil alguno de estos cuentos, aquí le dejo un enlace con un número elevado de ellos.
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+ EFEMÉRIDES LITERARIAS - 1
(junio)
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Estoy confeccionando un calendario sobre efemérides literarias, nacimientos y muertes de escritores populares.
Acabo de finalizar el mes de junio y me resulta curioso que en ese mes de ocho casos seis resulten ser de autores hispanos, lo que supone un 75% sobre el total.
Nacieron en junio de diferentes años: Federico García Lorca (español), Augusto Roa Bastos (paraguayo) y Ernesto Sabato (argentino). Y fallecieron en este mes, en años distintos: Miguel Ángel Asturias, (guatemalteco), Joaquín Álvarez Quintero (español), Jorge Luis Borges (argentino).
Aparte los mencionados me encuentro nacido en junio a Luigi Pirandello y fallecido a Franz Kafka.
Todos me son familiares. Dejaré aquí unas pinceladas sobre los hispanos y citaré una obra de cada uno que me gustó especialmente, aunque ya supondrán la dificultad que entraña definirse por una sola novela, cuento, poesía.
Junio de 1898, nace FEDERICO GARCÍA LORCA, dramaturgo y poeta. Una obra: Yerma (teatro).
Junio de 1974, fallece MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS, Premio Nobel de Literatura 1967. Una obra: El señor Presidente (novela).
Junio de 1917, nace AUGUSTO ROA BASTOS, Premio Cervantes. Una obra: Yo el Supremo (novela).
Junio de 1944, fallece JOAQUÍN ÁLVAREZ QUINTERO. Miembro de la Real Academia Española. Escribió siempre con su hermano Serafín. Una obra: Malvaloca (teatro).
Junio de 1986, fallece JORGE LUIS BORGES, Premio Cervantes. Una obra: El Aleph (cuento).
Junio de 1911, nace ERNESTO SABATO, Premio Cervantes. Una obra: Sobre héroes y tumbas (novela).
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Estoy confeccionando un calendario sobre efemérides literarias, nacimientos y muertes de escritores populares.
Acabo de finalizar el mes de junio y me resulta curioso que en ese mes de ocho casos seis resulten ser de autores hispanos, lo que supone un 75% sobre el total.
Nacieron en junio de diferentes años: Federico García Lorca (español), Augusto Roa Bastos (paraguayo) y Ernesto Sabato (argentino). Y fallecieron en este mes, en años distintos: Miguel Ángel Asturias, (guatemalteco), Joaquín Álvarez Quintero (español), Jorge Luis Borges (argentino).
Aparte los mencionados me encuentro nacido en junio a Luigi Pirandello y fallecido a Franz Kafka.
Todos me son familiares. Dejaré aquí unas pinceladas sobre los hispanos y citaré una obra de cada uno que me gustó especialmente, aunque ya supondrán la dificultad que entraña definirse por una sola novela, cuento, poesía.
Junio de 1898, nace FEDERICO GARCÍA LORCA, dramaturgo y poeta. Una obra: Yerma (teatro).
Junio de 1974, fallece MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS, Premio Nobel de Literatura 1967. Una obra: El señor Presidente (novela).
Junio de 1917, nace AUGUSTO ROA BASTOS, Premio Cervantes. Una obra: Yo el Supremo (novela).
Junio de 1944, fallece JOAQUÍN ÁLVAREZ QUINTERO. Miembro de la Real Academia Española. Escribió siempre con su hermano Serafín. Una obra: Malvaloca (teatro).
Junio de 1986, fallece JORGE LUIS BORGES, Premio Cervantes. Una obra: El Aleph (cuento).
Junio de 1911, nace ERNESTO SABATO, Premio Cervantes. Una obra: Sobre héroes y tumbas (novela).
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jeudi 13 septembre 2007
+ LA NOVELA MODERNA
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En el mes de setiembre del año 1547 nació Miguel de Cervantes. Se cumplen, pues, en el mes, 460 años de tal acontecimiento, una efemérides muy significativa para las letras hispanas.
A ninguno nos extraña que todo el mundo cuando habla de Cervantes saque a relucir de inmediato El Quijote, pues es su obra más conocida universalmente, al igual que si se nombra Fuenteovejuna todos recordemos quizás la pregunta judicial ‘¿Quién mató al Comendador?’ y la respuesta popular ‘Fuenteovejuna, señor’ y repliquemos que es una obra teatral de Lope de Vega. O que Sherlock Holmes es un personaje de la invención de Arthur Conan Doyle. O Quasimodo uno de Notre Dame de París, de Víctor Hugo.
Aunque sepamos que esos escritores citados al azar tienen otras muchas obras, al igual que nuestro ilustre escritor complutense, siempre se suele acudir a mencionar la más popular en cada caso. Es lógico.
Pocos citan cuando se les pregunta, en el caso de Cervantes, sus Novelas ejemplares, no sé si porque son cortas o por qué tipo de razones, cuando personalmente siempre he creído que no es una obra menor y es lo mejor que escribió nuestro ilustre novelista desde varios puntos de vista. Es una opinión muy personal. Trataremos de explicar ‘nuestras’ razones.
Es en primer lugar una obra de un autor maduro. Se publicaron en el año 1613 (fueron escritas antes, en diferentes fechas) cuando Cervantes contaba 66 años de edad, a tres de su muerte. Recordemos que la primera parte de El Quijote fue publicada en 1605 y comenzada a escribir muchos años atrás.
En la aprobación de los 71,5 pliegos presentados por Cervantes ante el escribano de Cámara del Rey para el pago de las tasas correspondientes se destacan, en el apartado de ‘Aprobación’, por comisión del señor Vicario General Gutierre de Cetina, su ejemplaridad y honestidad, pero pretendo referirme lógicamente a otros valores más literarios e importantes: argumento y estilo.
A título de curiosidad en la ‘aprobación’ se señala: ‘…he visto y leído las doce Novelas ejemplares, compuestas por Miguel de Cervantes Saavedra; y, supuesto que es sentencia llana del angélico doctor Santo Tomás que la eutropelia es virtud, la que consiste en un entretenimiento honesto, juzgo que la verdadera eutropelia está en estas novelas, porque entretienen con su novedad, enseñan con sus ejemplos a huir vicios y seguir virtudes, y el autor cumple con su intento, con que da honra a nuestra lengua castellana, y avisa a las repúblicas de los daños que de algunos vicios se siguen, con otras muchas comodidades;…’.
Es de destacar que las Novelas ejemplares tuvieron en España durante en el siglo XVII mayor aceptación que El Quijote, que es la mejor opinión que puede darse de un libro, la del lector. Así que no entremos en otras opiniones como las de Unamuno, Próspero Mérimée, y otros, que ‘quijotizan’ en exceso a mi modo de ver.
Sabemos con certeza que antes de finalizar el siglo XVI ya estaban escritas las principales obras cortas cervantinas (junto con El Quijote en su primera redacción), o sea, antes de fin de ese siglo ya había llegado el arte de Cervantes a su máxima perfección, pero mantenía inédita su obra por razones desconocidas y sorprendentes, lo cual trae a nuestra memoria un caso similar que se repetiría muchos años después: Franz Kafka.
Hay críticos y autores que estiman que las novelas cortas de Cervantes son el arte de la concentración y de la sugestión, que las distingue y las separa de las italianas, de las del Renacimiento, y que no es sólo su extensión, su honestidad literaria y cierta gravedad en sí, sino que además se constituyen en un anticipo de la novela moderna.
La novela del Renacimiento llamaba la atención del lector por sus aventuras de naufragios, combates, adulterios, niños expósitos,… La novela corta cervantina cambia la clave y esta clave se aprecia ya en la tensión brusca, misteriosa y dramática con que comienza, por ejemplo, La fuerza de la sangre. Y así nacen temas insólitos, interesantes, hechos verídicos, reales, cercanos, contemporáneos,…
Se dice a este respecto en El coloquio de los perros: ‘Berganza: Y quiérote advertir una cosa, de la cual verás la experiencia cuando te cuente los sucesos de mi vida, y es que los cuentos unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos’. ¿No está poniendo aquí el autor en boca de uno de los personajes dos elementos fundamentales de la novela moderna, la acción —el argumento— y el estilo? Cualquier suceso, ya sea importante o trivial puede considerarse como argumento novelesco. Y lo excepcional y lo atrayente puede ser el estilo.
Resumiendo, Cervantes en sus novelas cortas, en sus Novelas ejemplares libera a la novela de cadenas, el argumento no tiene ya que ser excepcional y sorprendente, basta con que esté bien narrado. Otra liberación de la novela cervantina es el corsé del tema que ahora puede ser cualquiera escrito con un estilo personal, dejando plena autonomía al novelista en este sentido.
Argumentos y la manera de narrarlos, he aquí la herencia de Cervantes en la novela corta. Está hablando de argumento y estilo y sentando las bases de lo que muchos siglos después sería una moda al hablarse de realismo, de realismo mágico y realismo fantástico, que han venido a distinguirse en el siglo XX por ser movimientos autóctonos que tratan en sus obras sobre temas contaminados por su propio y específico pasado cultural, argumentos extraídos de la propia realidad de sus pueblos (García Márquez, Rulfo, Carpentier,…). De esta manera llegamos a donde queríamos: argumento o tema (trama muy local, real, de la propia vida del lugar) y estilo (forma de narrar).
Estimo que era de justicia rendir este pequeño homenaje a Cervantes en mes tan señalado, por su obra no más conocida, pero para mí sí la mejor escrita, que ha supuesto en definitiva la raíz de la novela moderna.
Recordemos que las Novelas ejemplares contienen las doce novelas cortas siguientes: La gitanilla, El amante liberal, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El celoso extremeño, La ilustre fregona, Las dos doncellas, La señora Cornelia, El casamiento engañoso, Coloquio entre Cipión y Berganza (El coloquio de los perros).
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En el mes de setiembre del año 1547 nació Miguel de Cervantes. Se cumplen, pues, en el mes, 460 años de tal acontecimiento, una efemérides muy significativa para las letras hispanas.
A ninguno nos extraña que todo el mundo cuando habla de Cervantes saque a relucir de inmediato El Quijote, pues es su obra más conocida universalmente, al igual que si se nombra Fuenteovejuna todos recordemos quizás la pregunta judicial ‘¿Quién mató al Comendador?’ y la respuesta popular ‘Fuenteovejuna, señor’ y repliquemos que es una obra teatral de Lope de Vega. O que Sherlock Holmes es un personaje de la invención de Arthur Conan Doyle. O Quasimodo uno de Notre Dame de París, de Víctor Hugo.
Aunque sepamos que esos escritores citados al azar tienen otras muchas obras, al igual que nuestro ilustre escritor complutense, siempre se suele acudir a mencionar la más popular en cada caso. Es lógico.
Pocos citan cuando se les pregunta, en el caso de Cervantes, sus Novelas ejemplares, no sé si porque son cortas o por qué tipo de razones, cuando personalmente siempre he creído que no es una obra menor y es lo mejor que escribió nuestro ilustre novelista desde varios puntos de vista. Es una opinión muy personal. Trataremos de explicar ‘nuestras’ razones.
Es en primer lugar una obra de un autor maduro. Se publicaron en el año 1613 (fueron escritas antes, en diferentes fechas) cuando Cervantes contaba 66 años de edad, a tres de su muerte. Recordemos que la primera parte de El Quijote fue publicada en 1605 y comenzada a escribir muchos años atrás.
En la aprobación de los 71,5 pliegos presentados por Cervantes ante el escribano de Cámara del Rey para el pago de las tasas correspondientes se destacan, en el apartado de ‘Aprobación’, por comisión del señor Vicario General Gutierre de Cetina, su ejemplaridad y honestidad, pero pretendo referirme lógicamente a otros valores más literarios e importantes: argumento y estilo.
A título de curiosidad en la ‘aprobación’ se señala: ‘…he visto y leído las doce Novelas ejemplares, compuestas por Miguel de Cervantes Saavedra; y, supuesto que es sentencia llana del angélico doctor Santo Tomás que la eutropelia es virtud, la que consiste en un entretenimiento honesto, juzgo que la verdadera eutropelia está en estas novelas, porque entretienen con su novedad, enseñan con sus ejemplos a huir vicios y seguir virtudes, y el autor cumple con su intento, con que da honra a nuestra lengua castellana, y avisa a las repúblicas de los daños que de algunos vicios se siguen, con otras muchas comodidades;…’.
Es de destacar que las Novelas ejemplares tuvieron en España durante en el siglo XVII mayor aceptación que El Quijote, que es la mejor opinión que puede darse de un libro, la del lector. Así que no entremos en otras opiniones como las de Unamuno, Próspero Mérimée, y otros, que ‘quijotizan’ en exceso a mi modo de ver.
Sabemos con certeza que antes de finalizar el siglo XVI ya estaban escritas las principales obras cortas cervantinas (junto con El Quijote en su primera redacción), o sea, antes de fin de ese siglo ya había llegado el arte de Cervantes a su máxima perfección, pero mantenía inédita su obra por razones desconocidas y sorprendentes, lo cual trae a nuestra memoria un caso similar que se repetiría muchos años después: Franz Kafka.
Hay críticos y autores que estiman que las novelas cortas de Cervantes son el arte de la concentración y de la sugestión, que las distingue y las separa de las italianas, de las del Renacimiento, y que no es sólo su extensión, su honestidad literaria y cierta gravedad en sí, sino que además se constituyen en un anticipo de la novela moderna.
La novela del Renacimiento llamaba la atención del lector por sus aventuras de naufragios, combates, adulterios, niños expósitos,… La novela corta cervantina cambia la clave y esta clave se aprecia ya en la tensión brusca, misteriosa y dramática con que comienza, por ejemplo, La fuerza de la sangre. Y así nacen temas insólitos, interesantes, hechos verídicos, reales, cercanos, contemporáneos,…
Se dice a este respecto en El coloquio de los perros: ‘Berganza: Y quiérote advertir una cosa, de la cual verás la experiencia cuando te cuente los sucesos de mi vida, y es que los cuentos unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos’. ¿No está poniendo aquí el autor en boca de uno de los personajes dos elementos fundamentales de la novela moderna, la acción —el argumento— y el estilo? Cualquier suceso, ya sea importante o trivial puede considerarse como argumento novelesco. Y lo excepcional y lo atrayente puede ser el estilo.
Resumiendo, Cervantes en sus novelas cortas, en sus Novelas ejemplares libera a la novela de cadenas, el argumento no tiene ya que ser excepcional y sorprendente, basta con que esté bien narrado. Otra liberación de la novela cervantina es el corsé del tema que ahora puede ser cualquiera escrito con un estilo personal, dejando plena autonomía al novelista en este sentido.
Argumentos y la manera de narrarlos, he aquí la herencia de Cervantes en la novela corta. Está hablando de argumento y estilo y sentando las bases de lo que muchos siglos después sería una moda al hablarse de realismo, de realismo mágico y realismo fantástico, que han venido a distinguirse en el siglo XX por ser movimientos autóctonos que tratan en sus obras sobre temas contaminados por su propio y específico pasado cultural, argumentos extraídos de la propia realidad de sus pueblos (García Márquez, Rulfo, Carpentier,…). De esta manera llegamos a donde queríamos: argumento o tema (trama muy local, real, de la propia vida del lugar) y estilo (forma de narrar).
Estimo que era de justicia rendir este pequeño homenaje a Cervantes en mes tan señalado, por su obra no más conocida, pero para mí sí la mejor escrita, que ha supuesto en definitiva la raíz de la novela moderna.
Recordemos que las Novelas ejemplares contienen las doce novelas cortas siguientes: La gitanilla, El amante liberal, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El celoso extremeño, La ilustre fregona, Las dos doncellas, La señora Cornelia, El casamiento engañoso, Coloquio entre Cipión y Berganza (El coloquio de los perros).
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mercredi 5 septembre 2007
+ MIS LECTURAS (nota) - 2
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Hace muchos, muchos años, leí con cierto asombro un libro bien sugestivo de Ramón Gómez de la Serna, considerado por muchos un monumento del erotismo español. Se publicó en 1917. Un amigo me prestó una edición muy posterior.
Su título: Senos.
Estuvo durante décadas prohibido por el franquismo.
Hoy he recibido de mi librería habitual, una edición nueva, de Editorial Biblioteca Nueva, S.L., 2005.
***
Y hace pocos años tuve la ocasión de leer, también prestada por un amigo, una edición casi clandestina de una obra similar que es un homenaje a la mujer, a la literatura y a Ramón Gómez de la Serna, escrita por Juan Manuel de Prada.
Su título, extraño título: Coños.
También he recibido de mi librería habitual una edición de Coños, Valdemar Ediciones, 2000.
***
Dos pequeñas joyas literarias, que me dispongo a releer con gusto.
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Hace muchos, muchos años, leí con cierto asombro un libro bien sugestivo de Ramón Gómez de la Serna, considerado por muchos un monumento del erotismo español. Se publicó en 1917. Un amigo me prestó una edición muy posterior.
Su título: Senos.
Estuvo durante décadas prohibido por el franquismo.
Hoy he recibido de mi librería habitual, una edición nueva, de Editorial Biblioteca Nueva, S.L., 2005.
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Y hace pocos años tuve la ocasión de leer, también prestada por un amigo, una edición casi clandestina de una obra similar que es un homenaje a la mujer, a la literatura y a Ramón Gómez de la Serna, escrita por Juan Manuel de Prada.
Su título, extraño título: Coños.
También he recibido de mi librería habitual una edición de Coños, Valdemar Ediciones, 2000.
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Dos pequeñas joyas literarias, que me dispongo a releer con gusto.
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mardi 4 septembre 2007
+ MIS LECTURAS - 9
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ACABO DE LEER:
Mercado de espejismos, de Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960). Ediciones Destino. Premio Nadal 2007.
Esta novela, sin haberla leído aún, me llamó la atención por dos motivos:
1º.- Ha conseguido un premio de tradicional y reconocido prestigio, aunque sabemos que esto no siempre es garantía de una buena novela, y…
2º.- Ha sido escrita por alguien a quien conocía ya por otras facetas literarias importantes, sin olvidar que el Sr. Benítez fue Premio de la Crítica, Premio Nacional de Literatura, Premio Ateneo de Sevilla, y que antes había escrito otras novelas, destacando por demás como articulista, cuentista, si bien principalmente por su vertiente como poeta.
Así pues, había razones suficientes para sentarse tranquilamente a leer su nueva novela Mercado de espejismos.
En las primeras páginas asumí que había de leer una novela histórica, un tema muy manido que precisa estar muy bien escrito para interesar realmente al lector de la buena literatura, pero pronto me alegré al observar que lo que iba leyendo no era otra cosa que una parodia impactante y humorística de las novelas esotéricas y de intrigas. Una anti-novela histórica en definitiva, a la par que una novela policíaca.
El autor nos sorprende con una trama muy original y una prosa exquisita (se advierte en su prosa muchos ramalazos de su vena poética).
Una de las técnicas literarias utilizadas para mantener el interés del lector es la conocida por ‘giros’, consistente, como se sabe, en ir añadiendo variantes novedosas a la historia para que ésta no decaiga. El autor hace uso de ella y nos muestra una imaginación e inventiva destacables.
La novela está contada en primera persona, lo cual atrae más al lector al intentar —y conseguir— el novelista por este medio ser más intimista, como pidiendo permiso para contar toda la serie de hechos fabulosos y fantásticos y leyendas sobre los Reyes Magos de forma más cercana y personal, pues en torno al robo de las reliquias, presuntas reliquias, de estos reyes gira el núcleo de la novela, reliquias que se conservan en la catedral alemana de Colonia.
Sorprende gratamente la gama de personajes bien dibujados que aparecen en la obra, que se mueven en torno a lo real o imaginario, pero uno no termina sabiendo con certeza si el anillo del rey Salomón, la llave en forma de ojo o la Tabla de Esmeralda, entre otros, son objetos reales o imaginarios, si existieron o no, tan convincentes son las explicaciones envolventes con que nos obsequia el autor. El título de la obra encaja perfectamente en el tema al referirse al tráfico de obras de arte, robadas o falsificadas en muchos casos.
Una novela que te divierte leer, en la que destaco fundamentalmente la rica prosa de que hace gala el autor, con un final inesperado.
***
ESTOY LEYENDO:
Alianzas duraderas, de Cristina Cerrada (Madrid, 1970), Editorial Lengua de Trapo.
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Ya os contaré.
ACABO DE LEER:
Mercado de espejismos, de Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960). Ediciones Destino. Premio Nadal 2007.
Esta novela, sin haberla leído aún, me llamó la atención por dos motivos:
1º.- Ha conseguido un premio de tradicional y reconocido prestigio, aunque sabemos que esto no siempre es garantía de una buena novela, y…
2º.- Ha sido escrita por alguien a quien conocía ya por otras facetas literarias importantes, sin olvidar que el Sr. Benítez fue Premio de la Crítica, Premio Nacional de Literatura, Premio Ateneo de Sevilla, y que antes había escrito otras novelas, destacando por demás como articulista, cuentista, si bien principalmente por su vertiente como poeta.
Así pues, había razones suficientes para sentarse tranquilamente a leer su nueva novela Mercado de espejismos.
En las primeras páginas asumí que había de leer una novela histórica, un tema muy manido que precisa estar muy bien escrito para interesar realmente al lector de la buena literatura, pero pronto me alegré al observar que lo que iba leyendo no era otra cosa que una parodia impactante y humorística de las novelas esotéricas y de intrigas. Una anti-novela histórica en definitiva, a la par que una novela policíaca.
El autor nos sorprende con una trama muy original y una prosa exquisita (se advierte en su prosa muchos ramalazos de su vena poética).
Una de las técnicas literarias utilizadas para mantener el interés del lector es la conocida por ‘giros’, consistente, como se sabe, en ir añadiendo variantes novedosas a la historia para que ésta no decaiga. El autor hace uso de ella y nos muestra una imaginación e inventiva destacables.
La novela está contada en primera persona, lo cual atrae más al lector al intentar —y conseguir— el novelista por este medio ser más intimista, como pidiendo permiso para contar toda la serie de hechos fabulosos y fantásticos y leyendas sobre los Reyes Magos de forma más cercana y personal, pues en torno al robo de las reliquias, presuntas reliquias, de estos reyes gira el núcleo de la novela, reliquias que se conservan en la catedral alemana de Colonia.
Sorprende gratamente la gama de personajes bien dibujados que aparecen en la obra, que se mueven en torno a lo real o imaginario, pero uno no termina sabiendo con certeza si el anillo del rey Salomón, la llave en forma de ojo o la Tabla de Esmeralda, entre otros, son objetos reales o imaginarios, si existieron o no, tan convincentes son las explicaciones envolventes con que nos obsequia el autor. El título de la obra encaja perfectamente en el tema al referirse al tráfico de obras de arte, robadas o falsificadas en muchos casos.
Una novela que te divierte leer, en la que destaco fundamentalmente la rica prosa de que hace gala el autor, con un final inesperado.
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ESTOY LEYENDO:
Alianzas duraderas, de Cristina Cerrada (Madrid, 1970), Editorial Lengua de Trapo.
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Ya os contaré.
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