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Capítulo VIII
Primera parte
—Bien parece—respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo, quítate de ahí y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes bien iba diciendo en voces altas:
—Non fuyades, cobardes y viles criaturas; que un solo caballero es el que os acomete.
Levantóse en esto un poco de viento, y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:
—Pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar.
Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo galope de Rocinante, y embistió con el primero molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle a todo el correr de su asno, y cuando llegó, halló que no se podía menear; tal fue el golpe que dio con él Rocinante.
—¡Válame Dios! —dijo Sancho—: ¿no le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía , que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino que llevase otros tales en la cabeza?
—Calla, amigo Sancho—respondió don Quijote—, que las cosas de la guerra, más que otras están sujetas a continua mudanza; cuanto más que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón, que me robó el aposento y los libros, ha vuelto estos gigantes en molinos por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; más al cabo, al cabo han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.
…
(El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes, Editorial Edaf, S.A.).
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Con la mano en el pecho, ¿quién ha leído El Quijote completo?
¿Opináis sinceramente que encierra todo el valor literario con que la tradición lo ha consagrado?
¿Creéis que es el libro más traducido después de La Biblia?
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1 commentaire:
İEnhorabuena, Vuestra Merced!. He de ser um tanto lacónico en mis respuestas, mas habré de decirlo, en respuesta a vuestra serie de inquisiciones en la secuencia señalada:
Con la mano en el pecho, ¿quién ha leído El Quijote completo?
- No sabría indicar alguien que lo ha leído por entero, mas puedo afirmar con total certeza (valga esta redundancia), que yo, Vuestra Merced, no lo he hecho aún.
¿Opináis sinceramente que encierra todo el valor literario con que la tradición lo ha consagrado?
- No me cabe la menor duda al respecto, Vuestra Excelencia; pues El Quijote está repleto de magníficos recursos del mas alto valor literario.
¿Creéis que es el libro más traducido después de La Biblia?
- También no puedo decirlo con seguridad, mas creo que, definitivamente, lejos no está.
Se le agradece el espacio otorgado, Don Antonio, Vuestra Gentil Merced.
Atentamente: Daniel.
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