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Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
(Rayuela, Julio Cortázar, Ediciones Cátedra).
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La obra de Cortázar como cuentista y novelista es sobradamente conocida.
Rayuela, como se sabe, es una novela experimental, difícil, en la que el autor ensayó diferentes estilos de escritura, que puede ser considerada ya un clásico de las letras hispanas, y que se puede leer, en principio, de dos formas distintas:
a) una ajustándose al orden natural de las páginas y se terminaría así en el capítulo 56, al final del cual se encuentra uno con tres estrellas que equivalen a la palabra ‘Fin’ (tiene 155 capítulos);
b) otra forma es siguiendo el orden del cuadro sugerido por el escritor al principio, indicado para más facilidad además al término de cada capítulo, con lo cual nos encontramos con una historia que no tiene fin pues remite continuamente de delante hacia atrás y viceversa y la lectura no acaba nunca.
No es una obra escrita para el lector facilón, cómodo, interesado sólo en “ver qué pasa al final”, al que llamó Cortázar primitivamente y con poca fortuna el “lector hembra” cuando quiso referirse realmente al “lector pasivo”.
Este capítulo 7 de Rayuela es en realidad un poema en prosa.
¿No creen ustedes que es una de las más sensuales declaraciones de amor que puede leerse, que es la simbiosis perfecta en uno solo de dos seres que se aman, la comunión en cuerpo y alma de dos vidas?
Me encantaría leer vuestras opiniones. Gracias.
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2 commentaires:
Qué belleza. Qué sensual es Cortázar. Bueno, los hispanoméricanos en general. ¿Lo dará el clima? Me produce una admiración enorme.
Sí, es bello.
Describir así el objeto deseado, con esa delicadeza, de la persona amada, sólo lo sabe hacer un gran escritor y poeta.
Yo, al reescribir estos fragmentos escogidos, cierro también los ojos y dibujo las letras de estas obras en voz baja, sin hacer ningún comentario, para no romper el hechizo, para no estropear el embrujo que me producen, chist..., silencio.
Serían quizás fragmentos para comentar, pero prefiero callar y leer quedamente.
Saludos.
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