lundi 8 octobre 2007
+ LOS ESCRITORES Y SUS AMORES
Escritores y escritoras que nos han deleitado con obras de ficción en las que han recreado historias de amor (León Tolstoi en Anna Karenina; Gustave Flaubert en Madame Bovary, Víctor Hugo en Nuestra Señora de París, ...), vivieron amores y amoríos en sus vidas reales, en una escala que comprende la atracción sexual simplemente, el amor pasional, el incesto, el lesbianismo, el amor triangular,… Nos estamos refiriendo a pasajes reales de las vidas de figuras literarias de la talla de Víctor Hugo con Juliette Drouet; Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir; Cervantes con Ana Franca de Rojas; Henry Miller y Anaïs Nin; Blasco Ibáñez con Elena de Ortúzar; Virginia y Leonard Woolf, …
No es posible tratar aquí en profundidad estos aspectos que hemos comentado sobre los que en algunos autores podría escribirse una biografía referida al amor o al sexo en sus vidas exclusivamente. Dejemos sólo unas pinceladas de algunos casos.
VÍCTOR HUGO y JULIETTE DROUET
Víctor Hugo tuvo numerosas amantes hasta edad muy avanzada. La más conocida por su duración fue Juliette Drouet, actriz de teatro a quien conoció en la representación de Lucrecia Borgia, obra teatral en prosa de Hugo, al que consagró su vida abandonando su carrera de actriz. Ella tenía 27 años y él 31.
Ella le libró de la cárcel tras el golpe de estado de Napoleón III. Hugo escribió numerosos poemas de amor para ella. Fue un amor que se prolongó durante 50 años, hasta los últimos de la vida del escritor. Cada año escribían ambos en un cuaderno al que llamaban el libro del aniversario. Juliette siempre soportó sus excesos de fiestas y de comidas brutales. Llegaron a hacer varios viajes por el Rhin y el Canal de la Mancha, viviendo en varias islas.
Hugo se había casado antes con Adèle Foucher y su matrimonio fue feliz hasta que duró. Tras once años, la esposa, cansada de la ajetreada vida del escritor, puso fin a la relación con una infidelidad de ella con un crítico literario. En su noche de bodas con Adèle, Víctor Hugo ya estableció toda una plusmarca sexual, de la que se jactaba: hizo el amor ocho veces a la recién desposada, que al parecer quedó vacunada para siempre contra tamaña proeza.
Hay obras publicadas que recogen la correspondencia de amor entre ambos durante ese medio siglo. He aquí una pequeña muestra de fragmentos en francés de algunas cartas, que traducidos dicen:
‘Ven a buscarme esta tarde a casa de la Sra. K. Te amaré hasta entonces para armarme de paciencia —y esta tarde — oh! — esta tarde será todo! Me daré a ti toda entera’.
‘Te espero esta tarde con mucha impaciencia. Se diría que los latidos de mi corazón quisieran acelerar las pulsaciones del reloj para que llegue más rápido’.
‘Siento profundamente que eres mi verdadera esposa; no podría vivir sin ti en esta tierra ni brillar sin ti en la eternidad’.
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JEAN-PAUL SARTRE y SIMONE DE BEAUVOIR
Se conocieron en la Universidad de la Sorbona opositando a una cátedra de filosofía, en la que Sartre obtuvo el número uno y Simone el dos.
Se unieron en una relación amorosa libre, no monógama, moderna y a veces escandalosa. Desde que conoció a Simone, Sartre se convirtió en un mujeriego irredento hasta su muerte, a pesar que no era un hombre guapo; era bajo de estatura, estrábico, con un 10% de visión en el ojo, por lo que usaba gruesos anteojos, pero se identificaron como iguales intelectualmente y mantuvieron una relación que duró toda la vida. Él continuó con múltiples romances durante años. Siempre estuvo rodeado de mujeres. Su obra El existencialismo es un humanismo es la introducción más conocida a la filosofía de Sartre. Tiene escritas varias obras filosóficas, teatrales, de ensayo y biográficas. En 1964 renunció al Premio Nobel que le había sido otorgado, alegando que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.
Simone era una mujer de pronunciada ideología y activista feminista, marcada por el existencialismo, coincidente con los postulados de Sartre. Fue una de las firmantes del famoso manifiesto en que 343 mujeres confiesan haber recurrido al aborto. Sus obras no fueron conocidas para las lectoras de América Latina hasta 1954, año en que la editorial Siglo XX de Argentina dio a conocer sus obras El segundo sexo y Los mandarines, que fueron prohibidas por la iglesia católica de España. Tiene otras muchas obras, entre ellas novelas, ensayos, memorias y teatro.
Ambos se separaron hacia el final de sus vidas como consecuencia de saberse que Arlette, una estudiante argelina a la que conoció Sartre cuando ella tenía 18 años y que convirtió en su amante y posteriormente en su hija adoptiva, además de en su albacea, sin que Simone tuviera noticia.
Sartre falleció en 1980 de un edema pulmonar y sus últimas palabras fueron ‘Yo la quiero mucho, mi pequeño Castor’ (éste era el apodo cariñoso que Sartre daba a Simone, a la que siempre trató de usted). Simone murió en 1986. Los restos de ambos descansan en una tumba conjunta en el cementerio de Montparnasse, en París.
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ANAÏS NIN y HENRY MILLER
Anaïs es especialmente conocida por sus Diarios, que abarcan cuarenta años y que empezó a escribir con doce. Era hija de una cantante danesa y un pianista español afincado en Cuba.
Con 19 años trabaja como modelo y bailarina de flamenco y se casa furtivamente con un banquero americano y marchan a París. Lee a D.H. Lawrence y en 1930 publica un ensayo sobre él. Un año después conoce a Henry Miller, quedando ambos impactados y dando comienzo a una correspondencia apasionada. Se convierten en amantes.
Anaïs se reencuentra con su padre en París y mantiene con él relaciones incestuosas. La mujer de Miller, June, antigua prostituta, la inicia en el voyeurismo y el lesbianismo. Escribe una novela, La casa del incesto. También Invierno de artificio, Delta de Venus (siendo la primera mujer en publicar relatos eróticos), En una campana de cristal y su Diario en 1966.
Al principio su relación con Miller es puramente intelectual, intercambian ideas acerca de literatura, filosofía y sicología. Su relación con Henry significa para ella un despertar sexual. June viaja a París y deslumbra a Anaïs con su exuberante belleza. Un año más tarde dan comienzo a una relación triangular. Anaïs encuentra en cada uno una atracción diferente, llegando a afirmar ‘Henry me da el mundo, June me da la locura’.
La primera edición no censurada del diario de Anaïs se llamó Henry Miller, su mujer y yo, que fue llevada al cine con el nombre de Henry y Jane, con María de Medeiros y Uma Thurman.
En 1973 Anaïs recibió el doctorado honoris causa del Philadelphia College of Art y elegida para el Instituto Nacional de las Artes y las Letras en 1974. Falleció en 1977 y sus cenizas fueron esparcidas en la Bahía de Santa Mónica.
De la obra de Henry Miller ya hemos hablado en un artículo anterior titulado LA LITERATURA Y LA LECTURA (Los libros en los libros).
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