vendredi 22 juin 2007

+ EL AMOR POR LOS LIBROS

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Hace unos días repasando una lista de películas que tengo muy a mano para ir adquiriendo poco a poco aquellas que tengo interés en coleccionar, comprobé que me faltaba, a pesar de haber visto la película ya antes, el título 84, Charing Cross Road.

Está basada en la novela homónima publicada en New York en 1970 (la película en España se estrenó con el nombre de La carta final), escrita por una escritora nada conocida por otros trabajos, en la que vertió la correspondencia que mantuvo con una librería de Londres a través de un empleado y que cuando fue publicada conquistó el corazón de millones de lectores de todo el mundo. Su autora, que atravesó por momentos angustiosos de agobio económico, fue la estadounidense Helene Hanff. Así pues, la novela está escrita totalmente en forma epistolar. Fue representada en teatros y llevada al cine. La película está protagonizada en sus papeles estelares por Anne Brancroft y Anthony Hopkins.

Cuando la leí me llamaron la atención diferentes cuestiones. Una, la principal, la forma en que una mujer sin recursos económicos, con el mundo entero prácticamente recién salido de una catástrofe universal (II Guerra Mundial, 1939-1945), se afana en perseguir libros deseados que aparecen agotados y que no encuentra en ninguna librería, a partir de un anuncio de unos libreros en un periódico de New York. O sea, su amor por los libros.

Se decidió a escribir una carta, la primera, que es el comienzo de la novela y que traducida dice así:


“14 East 95th St.
New York City
5 octubre 1949

Marks & Co.
84, Charing Cross Road,
Londres, W.C. 2,
Inglaterra.

Señores:

Su anuncio publicado en la Saturday Review of Literature dice que están ustedes especializados en libros agotados. La expresión «libreros anticuarios» me asusta un poco. Porque asocio «antiguo» a «caro». Digamos que soy una escrito¬ra pobre amante de los libros antiguos y que los que deseo son imposibles de encontrar aquí salvo en ediciones raras y carísimas, o bien en ejemplares de segunda mano en Barnes & Noble que, además de mugrientos, suelen estar llenos de anotaciones escolares.
Les adjunto una lista de mis necesidades más apremiantes. Si disponen ustedes de ejemplares limpios de segunda mano de algunos de los libros de esa lista, y a un precio que no rebase los 5 dólares por unidad, ¿tendrán la amabilidad de considerar la presente como un pedido en firme y enviármelos?

Dándoles de antemano las gracias, les saluda

Helene Hanff “.

Otro asunto que llamó mi atención de forma poderosa fue como a partir de ese amor, esa pasión por los libros, Helene y el empleado de la librería, Frank, llegan a alcanzar una gran amistad, plena de ternura y comprensión, culminada a través de la fascinación por los libros. Es una historia de amor epistolar en que nunca se mencionó algo similar al ‘te amo’.

A partir de esa amistad nacen otros sentimientos profundos, como por ejemplo, el de la solidaridad.

En Inglaterra, en los años inmediatamente posteriores a la finalización del conflicto bélico, hubo restricciones de todo tipo, afectando incluso a necesidades primarias, como la alimentación.

Las cartas se van sucediendo una tras otra y cuando ya hay cierto grado de confianza, Helene da un paso más y se atreve a enviar alimentos para todos los empleados de la librería, de lo que nos da cuenta en la siguiente carta:


“14 East 95th St.
9 diciembre 1949
¡SOCORRO! ¡FPD!¹

He enviado el paquete. El elemento principal de su contenido es un jamón de unos tres kilos. Había pensado que podrían llevarlo a un carnicero para que lo cortara, de manera que todos pudieran llevarse algo de él a casa.

Pero acabo de darme cuenta de que en su última factura pone: “B. Marks. M. Cohen. Propietarios.”.

¿TOMAN COMIDA KOSHER? Porque, si fuera así, puedo enviar urgentemente lengua.

¡ACONSÉJEME, POR FAVOR!

Helene Hanff”

¹ Nombre del empleado con el que mantenía la correspondencia: Frank P. Doel.

Nota.- Al ver que en la factura figura el apellido Cohen, piensa que uno de los propietarios es judío. Helen era judía también.


A lo largo de toda la novela hay detalles enternecedores, como:

“Adjunto 4 dólares para cubrir el importe que les debo. Tómense un café con los 12 centavos sobrantes. No hay por aquí cerca ninguna oficina de correos, y no voy a ir hasta Rockefeller Plaza y guardar cola para enviar un giro por 3,88 dólares.”.

En una de las primeras cartas de Frank a Helene, comienza aquél el escrito con las palabras Dear Madam, tratamiento británico que en correspondencia se traduce por Distinguida / Querida Señora, a lo que la escritora americana responde al pie de una de sus misivas: Espero que « madam»² no tenga ahí el mismo significado que aquí.

² Juego de palabras sobre los dos sentidos de la palabra inglesa «madam» («señora» y «encargada de una casa de citas»), en alusión al «Dear Madam» británico con que encabezan la carta a sus corresponsales.

He pretendido dejar aquí reflejada esa pasión por los libros y su lectura, que llevó en este caso a la Sra. Helene Hanff, a través de sus epístolas, a ser reconocida mundialmente, y de ahí a la amistad, a la solidaridad, etc.

También resultó singular la experiencia que quiso transmitirnos Helene Hanff al hacerlo en forma de novela epistolar, género que no es muy abundante en la literatura universal, aunque hay casos llamativos. Reseñaremos de pasada algunos:

Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite. Correspondencia de dos amigas que se cuentan su vida por carta.

Novela en nueve cartas, de Fedor Dostoievski. Con una trama novelesca intrigante, historia contada de forma magistral, como es normal en este autor ruso. Les sugiero que las lean despacio para no despistarse.

Las amistades peligrosas, de Pierre Choderlos de Laclos. Llevada al cine con el mismo título. Cartas escritas por una decena de personajes de la Francia del siglo XVIII sobre juegos y engaños, mensajes de amor, desamor, cartas clandestinas, etc. Es una novela llena de intriga.

Lady Susan, de Jane Austen. Historia de una mujer madura, fría, coqueta, turbia e inteligente, Lady Susan Vernon, que prepara su segunda boda cuando el cadáver de su primer marido está todavía caliente.

Werther o Las cuitas de Werther, de Johann Wolfgang von Goethe. Novela paradigmática dentro del Romanticismo. Cuenta a través de cartas las relaciones tormentosas del joven Werther con Carlota, que no le corresponde.

Paradero desconocido, de Katherine Kressmann. Hubo de publicarla en su día bajo el seudónimo de Kressmann Taylor para enmascarar que era una mujer. A través de cartas, dos amigos, uno judío y otro alemán de pura cepa, se cuentan las peripecias que rodean al movimiento nazista incipiente en la Alemania que precede a la II Guerra Mundial y las consecuencias posteriores. Es un fuerte alegato contra el nazismo.

Donde el corazón te lleve, de Susanna Tamaro. La protagonista, Olga, una abuela, viendo el final inminente de su vida, decide escribir a su nieta una larga carta para contarle lo que ninguna de las dos ha sabido ni decir ni escuchar.

El corazón de Voltaire, de Luis López Nieves. Se encarga a un profesor francés de resolver el dilema sobre si el corazón encontrado, único resto que queda tras haber sido profanado el sepulcro de Voltaire, corresponde realmente a éste. La novela pertenece a un género epistolar novedoso. Está sustentada en el intercambio de numerosos correos electrónicos entre personajes de la novela. Se debe encuadrar lógicamente dentro del género de la novela epistolar o ¿novela electrónica?

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