jeudi 21 juin 2007

+ LA LITERATURA Y LA MUJER

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Me he decidido a escribir algo sobre este tema, muy debatido por trabajos de Mario Alfageme y Raúl Luceño, aparecidos ya en las páginas de www.narrador.es y titulados 'LA LITERATURA ES COSA DE HOMBRES' y 'MACHISMO Y LITERATURA: RIZANDO EL RIZO', que, por cierto, han suscitado numerosos comentarios.

Entiendo sinceramente que la literatura no es un asunto en el que deban tener éxito exclusivamente los hombres y que ha habido y hay numerosas mujeres que han dado muestras de la calidad literaria de sus narraciones. En España tenemos unas cuantas. Recuerdo con nostalgia de mi época de estudiante la novela Nada, de Carmen Laforet, barcelonesa, que fue Premio Nadal en su día, ganadora también del Premio Fastenrath de la Real Academia Española. Y más recientes hay otras. Algún día hablaremos de ellas.

Dos mujeres, excelentes narradoras, a las que leído disfrutando de su prosa exquisita y a las que quiero rendir con este pequeño artículo un sencillo homenaje —extensivo a todas las mujeres escritoras— me llamaron siempre la atención: la danesa Isak Dinesen y la neozelandesa Katherine Mansfield. Debo aclarar que he sido y soy un devoto lector de relatos y cuentos, quizás de ahí mi admiración reforzada por ellas. Ambas lucharon por su vocación de escritoras en una época en que participar como miembro activo del mundo literario, nutrido casi exclusivamente por hombres, resultaba harto difícil y tuvieron que vencer numerosos escollos para ser reconocidas contra corriente.

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Katherine Mansfield nació en Nueva Zelanda en 1888 y murió en París en 1923. Recorrió varios centros médicos de Europa luchando contra la tuberculosis. En Europa se encontró con escritoras y escritores contemporáneos, como Virginia Woolf y D. H. Lawrence. Como escritora de relatos cortos desarrolló las técnicas empleadas por el ruso Anton Chejov, traducido ya por esos años y conocido en Europa. Su influencia posterior como escritora de relatos fue muy importante.

Sus relatos están dotados de un carácter poético, con un tono delicado e irónico, con historias en que la autora evoca sus años de infancia y adolescencia en su tierra natal.

Entre sus colecciones podemos destacar Pensión de familia alemana (1911); Felicidad (1920); Fiesta en el jardín (1922), considerada por muchos su mejor obra; El nido de una paloma (1923); Algo infantil (1924); y numerosos poemas.

Un excelente narrador español, maravilloso cuentista, traducido a numerosos idiomas y mil veces antologado, con numerosos premios, del que soy un profundo admirador, Medardo Fraile (Escritura y verdad, Cuentos completos, Editorial Páginas de Espuma), y poco conocido quizás en España por desgracia por haber desarrollado su labor docente en una universidad de Escocia, dijo en cierta ocasión, hablando de la búsqueda del relato humano, sensible, del tipo que él quería escribir, lo siguiente:

“Lo que estaba más cerca de mi sensibilidad —un cuento como un eco evocador, de miradas largas y cielos altos, de compasión y sonrisa, de personas u objetos embellecidos por la inutilidad en un mundo que no entiende nada y se desmorona de lugares comunes y pereza—, lo encontré en un libro de Katherine Mansfield, En la bahía.”.

Dentro de las colecciones de relatos de Katherine los hay tan hermosos —además de En la bahía—, como El canario, La mosca, Sopla el viento, etc.

Acercaos a esta mujer, leedla con calma y de seguro que experimentaréis cuanto aquí se deja apuntado.

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Isak Dinesen —seudónimo masculino— (o Karen Blixen —adoptó numerosos seudónimos—), de nombre real Karen Dinesen, nacida en Dinamarca en 1885 en el seno de una familia de ascendencia noble, que estudió arte en diferentes ciudades europeas, fue en vida una fascinante mujer, luchadora, aventurera y de gran carisma, de vida intensa, pasando por la experiencia de la creación de una plantación de café en Kenia. En 1931 regresó a Europa, tras el fracaso de la plantación y la muerte en África del cazador Finch Hatton en accidente de aviación, con el que mantuvo una relación sentimental. Nunca más regresó a África. Murió en 1962 a la edad de 77 años.

A muchas personas les resultará conocida Karen Dinesen. La estupenda película Memorias de África (1985), dirigida por Sydney Pollack e interpretada por Merryl Streep y Robert Redford, con una excelente banda sonora —que recomiendo oír cuando os sintáis mal o queráis estar solos—, está basada en su obra Memorias de África (Out of Africa, 1937) y en otros relatos, en donde narra con nostalgia su estancia en Kenia, sus éxitos y fracasos en su plantación de café y su tristeza al abandonar el estilo de vida sencillo africano que tanto admiró.

Fue admirada por escritores de la talla de Ernest Hemingway y Truman Capote.

Escribió sus relatos (novelas y cuentos) en su idioma materno y en inglés. Otras narraciones suyas son: Siete cuentos góticos (1934), Los vengadores angélicos (1944), Cuentos de invierno (1942), Sombras de hierba (1960) y Cartas desde África (1981).

De ‘Cuentos de invierno’, me gustaron mucho Cuento del joven marinero y el relato Las perlas, incluido en la misma colección.

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