samedi 23 juin 2007

+ LITERATURA Y SUICIDIO

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Debe ser casualidad con seguridad, pero he observado hace tiempo que algunos escritores que me han gustado siempre, han dado fin a sus vidas de forma dramática: suicidándose.

Hablo de Horacio Quiroga, Virginia Woolf, Ernest Hemingway, Cesare Pavese, Thomas Mann,… De otros que me ha agradado leer su obra, lo intentaron en repetidas ocasiones, sin conseguirlo, como Guy de Maupassant. De algunos más recuerdo algún detalle de su vida literaria, siendo uno de los casos el de Mariano José de Larra por su famoso artículo Vuelva usted mañana, que se suicidó asimismo.

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Horacio Quiroga ha sido un maestro consumado del cuento moderno. Nacido en Uruguay, vivió buena parte de su vida en Argentina, confinado en la selva. El drama fue una constante en su vida. Drama en forma de suicidio, que afectó a su padre, a su padrastro, a su amigo Federico, a su esposa Ana María, a él mismo, a su otro amigo, Leopoldo Lugones (poeta y también cuentista como Quiroga), a su hija mayor Eglé y, finalmente, a su hijo Darío. No tengo conocimiento de ningún caso similar en el mundo literario, salvo el de Hemingway, que comentaremos más adelante.

Cuando Horacio contaba tres meses de edad su padre moría de un disparo accidental de escopeta al bajar de una embarcación.

Su madre volvió a casarse y su padrastro, al que aceptó Horacio de buena gana, sufrió un derrame cerebral, se quedó sin habla y en su desesperación se suicidó disparándose en la frente con una pistola. Horacio tenía 5 años.

Al revisar el revólver de su amigo Federico Fernando, que iba a batirse en duelo, a Horacio se le escapó un tiro que impactó en la boca de su amigo, muriendo éste instantáneamente.

Su esposa Ana María, no adaptada a la vida en la selva que llevaba el matrimonio, pidió a su esposo Horacio regresar a Buenos Aires, si no con él, al menos sola. Ante la cerrada negativa del escritor a ambas posibilidades, Ana María, depresiva, se suicidó con veneno, falleciendo tras ocho días de espantosa agonía.

En una etapa de su vida, Horacio es diagnosticado de cáncer de próstata en estado avanzado e incurable. Corre el año 1937 y ante tal situación bebe un vaso de cianuro que lo mata en pocos minutos entre espantosos dolores.

Su amigo Leopoldo Lugones se suicida un año después bebiendo un vaso de güisqui con cianuro.

Por las mismas fechas, Eglé Quiroga, hija mayor de Horacio, se suicidó también.

Y en 1951, hace lo mismo su hijo Darío en un arranque de desesperación.

Se queda uno sin palabras, realmente impresionado, mudo, escribiendo este pequeño, pero terrible bosquejo de la vida de un escritor, cuentista perfecto para mí, al que admiro desde hace tiempo.

Fue un lector obsesivo de Poe y Maupassant. Se sintió extrañamente atraído por temas teñidos de horror, enfermedad y sufrimiento (Cuentos de amor, locura y muerte).

Sufrió la influencia de Kipling, en Cuentos de la selva.

Es muy conocido para los amantes del cuento su Decálogo del perfecto cuentista.

Prosa sencilla y clara, con pocos adjetivos, son algunas de sus notas características.

Cuando le leí por vez primera me gustó A la deriva, por la maestría con que está escrito el cuento. Me sorprendió por su ternura el relato La tortuga gigante.

Tiene muchos cuentos de calidad además de éstos y parece que cobra actualidad después de haber estado, en mi opinión, injustamente olvidado muchos años.

¿Pudo estar la muerte por suicidio de Horacio Quiroga influenciada por la de su padre, padrastro, madre, amigos? ¿Pudo deberse a la naturaleza de los extraños temas que le obsesionaban para sus cuentos y relatos? ¿Se debió acaso al influjo de la lectura de textos de Poe (depresivo, alcohólico, que sufría de alucinaciones, desvaríos y que se vio afectado probablemente de delirium tremens, aunque se duda de la causa cierta de su muerte al día de hoy, pudiendo haber sido por diabetes, deficiencias enzimáticas e incluso rabia)? ¿O a la de Maupassant (con tres intentos de suicidio fallidos)?

Todas son preguntas de difícil respuesta para mí, pero que no he dejado de hacerme en determinadas ocasiones.

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Virginia Woolf, británica. Creció en un ambiente literario, artístico e intelectual. De joven era una devoradora de libros. Tenía una imaginación extraordinaria y era psíquicamente inestable. Tras la muerte de su padre, en 1904, por cáncer, pasó por un intento de suicidio por ingestión de somníferos.

Fundó con su marido una empresa editorial que publicó su propia obra y la de otros escritores (entre ellos: Katherine Mansfield, T. S. Elliot, Sigmund Freud).

Sufrió durante su vida una enfermedad hoy catalogada como trastorno bipolar de personalidad, que la llevó al suicido en 1941. Se lanzó al río Ouse, en Rodemell, con varios montones de piedras en los bolsillos. Ese mismo día, había dejado una nota a su marido que, en parte, decía: “Estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a curarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor”. Había desaparecido de su domicilio el día anterior.

Siempre me he preguntado qué clase de frialdad de ánimo, de arrojo, de valentía, hay que tener para actuar de esta forma para quitarse la vida, llenándote de piedras los bolsillos… Si no fuera una vida humana lo que había de por medio me parecería hasta romántico…

Las primeras obras que atrajeron el interés de los críticos por su originalidad literaria fueron La señora Dalloway y Al faro. Fue una escritora vanguardista. Escribió también ensayos de crítica literaria y social. Todas sus novelas eran para ella causa de ansiedad y depresión.

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Ernest Hemingway, estadounidense. Premio Nobel de Literatura en 1954. En 1953 obtuvo el Pulitzer. Periodista y corresponsal de guerra en España de 1936-1939. Vivió temporadas en España, Francia y Cuba.

Buscó en su vida la violencia y la acción. Era un gran bebedor. Tuvo una gran influencia entre los escritores de su generación y posteriores y fue muy imitado. Su padre, médico de profesión, se suicidó a causa de una enfermedad incurable. El suicidio perseguiría a esta familia durante años, pues en el transcurso de los años por venir siguieron la misma suerte su hermana Úrsula, su hermano Leicester, su hijo Gregory y su nieta Margaux.

Hemingway destaca que su talento fue obra de una paciencia tenaz y de gran disciplina, a pesar de su innata indisciplina. Sus obras fueron escritas varias veces, corregidas una y otra vez, con supresión de todo lo superfluo, hasta conseguir ese estilo suyo tan característico e imitado. Su prosa resalta por la sucesión de una serie de frases breves. Aconsejaba evitar el uso de adjetivos. Decía que un escritor, si vale para algo, no describe, inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.

Era un gran aficionado a la caza, la pesca y las corridas de toros, temas que recoge y trata en sus novelas. Sus obras más conocidas son Las nieves del Kilimanjaro, El viejo y el mar, Por quién doblan las campanas, París era una fiesta, Adiós a las ramas, Fiesta, Muerte en la tarde, etc. Algunas de sus novelas fueron llevadas al cine.

Además de novelista fue escritor de relatos breves o cuentos. Me gustó especialmente cuando lo leí su cuento Los asesinos, por la forma perfecta de relatar, por los diálogos, que despiertan en el lector interés y tensión como para tenerle sentado leyendo hasta el final. Es una historia con suspense, corta, pero intensa.

Se suicidó en 1961 disparándose un tiro de escopeta.

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Cesare Pavese. Italiano. Pensador, escritor, traductor y crítico. Tradujo desde clásicos de toda la vida (como Moby Dick, de Melville) hasta Dos Passos, Faulkner, Defoe, Joyce y Dickens. Comulgaba con ideas izquierdistas, aunque antes de eso militó en el fascismo. Propuso a la cultura italiana escritos sobre temas diferentes, y raramente abordados anteriormente, como el idealismo y el marxismo, y temas religiosos, etnológicos y sicológicos.

Durante toda su corta vida —42 años— trató de luchar contra la soledad interior, que entendía como una condena y una vocación. Un malestar existencial envolvió siempre su vida. La muerte de su padre le causa su primer trauma, teniendo él 6 años de edad, y su madre le educa de manera rígida. Se interesó por la literatura norteamericana. Se licenció en la universidad con una tesis sobre Walt Whitman.

Su segundo trauma lo sufre al ver que la mujer a la que amaba se había casado tras volver el escritor de su confinamiento por actividades antifascistas. La angustiosa sensación de fracaso, unida a problemas al parecer en el plano sexual, lo acompañará hasta la muerte. Se le dispensa de su incorporación al ejército por el asma que padece.

Su malestar existencial lo lleva al suicidio en Turín en 1950.

Su primera obra narrativa válida es La cárcel (cárcel de la soledad). Tus pueblos llama la atención de la crítica, que interpreta la obra como una manifestación de realismo. Escribió también La luna y la fogata, El compañero, La casa de la colina. Nos dejó asimismo obras poéticas como Trabajar cansa y Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

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Thomas Mann. Escritor alemán. Fue Premio Nobel de Literatura. Ha sido uno de los novelistas más importantes del siglo XX.

Entre sus novelas más conocidas figuran La montaña mágica y Muerte en Venecia.

La mayor parte de su obra está escrita en alemán, aunque escribió también en inglés y francés. La declaración de amor en francés que hace Hans Castorp a Claudia, en La montaña mágica, es a mi juicio la más grande declaración de amor de la literatura universal.

Defensor inicialmente del nacionalsocialismo alemán, se convirtió finalmente en un fervoroso antifascista. Trabajó como reportero durante la guerra civil española.

La preocupación por la pérdida de los valores morales fue una constante en muchos momentos de su vida y su actitud pesimista ante los acontecimientos políticos de su época, el miedo a la guerra, la dificultad de escribir en otro país (EE.UU.) y en otro idioma que no era el suyo, el cansancio por seguir luchando, le llevaron en mayo de 1948 a un intento de suicido al abusar de la toma de barbitúricos. El deseo de muerte fue frecuente en la familia Mann.

En mayo de 1949 tomó una sobredosis de somníferos y falleció tras estar veinticuatro horas inconsciente.

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En muchos pueblos paganos el suicidio estaba considerado un acto honorable y respetable. El filósofo griego Empédocles se suicidó saltando dentro del cráter del volcán Etna; Séneca lo hizo abriéndose las venas; el general tras la pérdida de la batalla se dejaba caer sobre la espada; en el siglo XX el samurai japonés se hace el haraquiri como penitencia por un acto imperfecto; hasta hace poco se consideraba un honor que el capitán se hundiese con el barco.

En los escritores, personas pertenecientes al mundo de la cultura, normalmente inteligentes, ¿puede influir inconscientemente esta tradición secular del suicidio, que se remonta al pasado remoto, cuando se presentan dificultades vitales?

Según los psiquiatras los factores de riesgo para el suicidio son: trastornos del estado anímico (depresión, psicosis maníaca, quejas afectivas, etc.); alcoholismo y sustancias opiáceas y cocaína, en menor grado; esquizofrenia (percepción desorganizada y alterada de la realidad: se oyen voces no reales que conducen al suicidio); trastornos de la personalidad (se produce una disminución del coeficiente intelectual); síndromes mentales orgánicos (demencia y enfermedad de Parkinson).

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1 commentaire:

masterghost a dit…

buuuuuuuuuuuu
buenisimo
anque my largo gracias ¡¡¡¡¡¡¡¡¡
xD XD XD